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“Los mejores aeróbicos se los hace en la calle”

“Los mejores aeróbicos se los hace en la calle”
13 de junio de 2012 - 00:00

A sus 57 años, Bertha Villacrés es la más activa del grupo... así como también la mayor. Licenciada en leyes, esta mujer cambia su uniforme con el que labora durante parte del día en la comisaría municipal de Puerto Bolívar por un atuendo más deportivo. Una licra, una camiseta suelta y unos zapatos de lona es todo lo que necesita para noche a noche ser parte de las cerca de 300 personas que realizan aeróbicos en la explanada del estadio 9  de Mayo de Machala.

Son las 19:40 y Bertha lleva más de media hora ejercitándose. Su camiseta roja está  “bañada” de sudor y su rostro refleja cansancio, pero no se detiene, de hecho, es la primera en seguir los pasos de María Vera, una de las dos instructoras.

Luego de  realizar rutinas con música en inglés, toca la parte de merengue... suena Suavemente, del puertorriqueño Elvis Crespo, y ella se mueve con mucho swing.

Es una noche atípica, ya que solo hay cerca de 100 personas en total (la media es de 300). En la clase de María (son dos grupos distintos) están cerca de 20 mujeres, cuando lo normal es que haya unas 80 participantes. En esta clase se reúnen quienes prefieren las rutinas más tranquilas, por lo general las personas nuevas, aunque Bertha es una excepción, ya que ella lleva 10 años siguiendo las indicaciones de María, su profesora de confianza.

Marlovi Davis dirige a los deportistas que gustan de mayor actividad. Madre de 4 hijos (los 3 mayores practican taekwondo), la instructora realiza rutinas más complejas que su compañera María.

Ambas clases están prácticamente juntas, solo divididas por una línea imaginaria. Pese a la cercanía, María realiza sus ejercicios con un tipo de música tradicional para hacer aeróbicos y Marlovi con otra, una muy dinámica y que motiva  a los deportistas a realizar movimientos más exigentes.

La música sale de dos parlantes, uno para cada grupo. La energía eléctrica para que funcionen estas cajas amplificadoras es donada por Fedeoro, entidad que presta además los exteriores del estadio para que los deportistas realicen sus rutinas de ejercicio.

Con 30 centavos de dólar por participante, Bertha y cerca de 100 personas más acaban de disfrutar (los dos grupos inician y concluyen al mismo tiempo) de una sesión de aeróbicos, en la vereda del 9 de Machala, el sitio que para ellos es idóneo para realizar esta actividad.

Agotada afirma terminar Bertha los ejercicios. “Estoy cansadísima, pero no importa, ya que así me siento con mucha energía. Ya son 10 años los que llevo haciendo ejercicios aquí, en la calle (afuera del 9 de Mayo) y esto me ha ayudado a tener un mejor estilo de vida y a rendir mejor en mi casa y en el trabajo”, indica.

Otra de las constantes asistentes es María Teresa Poveda, quien lleva 8 años acudiendo todos los días a hacer ejercicios bajo el mando de María. “La mayoría venimos acá  para  tener un hobbie y  también por salud. A mí siempre me gustó el deporte, en especial el básquet. Me fascina acudir a la clase, porque no es como en un gimnasio; acá es todo al aire libre, los mejores aeróbicos se los realiza en la calle”.

María,  una de las fundadoras de  aeróbicos al aire libre en Machala, se inició hace 16 años, cuando las clases las daba el cubano Juan Saborín. “Todo empezó porque el cubano,  entrenador de atletismo, optó por hacer ejercicios con los familiares de los deportistas que él entrenaba, así, de a poco, se fue formando un grupo grande y desde ahí nacieron los aeróbicos afuera del estadio”, resalta la instructora, quien empezó a liderar las rutinas cuando Saborín dejó el país, hace 12 años.

Los ejercicios varían, tal como cualquier rutina de aeróbicos. “Unos días hacemos bancos, otros días colchoneta, son clases normales”, indica María, quien cuenta además que “son pocos hombres los que vienen, ya que se acomplejan”.
De anécdotas en estos años, Vera recuerda una que justo tiene que ver con uno de esos escasos asistentes  de sexo masculino.

“Un señor, muy chistoso, dijo un día que él podía dar la clase, entonces le dejé que se pusiera en frente. Cuando estaba realizando unos movimientos, los hizo mal y se cayó. Hasta ese día vino porque se moría de  vergüenza”.

Marlovi Davis tiene a cargo al grupo más grande, en el que resaltan más las mujeres de entre 17 y 30 años. “Llevo seis años como instructora de esta linda actividad, pero recién uno aquí. Vine para reemplazar a Flavio Corozo, quien dejó de dar clases porque ahora es director del departamento técnico metodológico de Fedeoro, entonces, por el tiempo, ya no puede venir”.

La progenitora de Félix Davis (14 años), Marlovi Espinoza (8), Helen Espinoza (6) y Luis Espinoza (2) comenta que uno de los momentos más tensos que le ha tocado vivir en este año que ha estado en las afueras del estadio es cuando una de sus pupilas se desmayó.

“Primero me preocupé mucho, ya que se  desplomó de la nada. Ella se sentó y estaba pálida, pero no pasaron ni cinco minutos y volvió a hacer  otra vez ejercicios. Yo me decía preocupada: ‘ojalá no se me muera esta muchacha aquí’, porque imagínese que dijeran que había muerto por mi culpa. Gracias a Dios la chica terminó bien los ejercicios y el asunto terminó ahí”.

Cabe destacar que los ejercicios no solo son nocturnos, de 19:00 a 20:00, sino que también hay una jornada matutina, de 07:00 a 08:00, antes de que los asistentes acudan a sus respectivas  jornadas laborales en Machala.

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