Es uno de los goleadores históricos de los “azucenas” en torneos nacionales. Contabiliza 69 anotaciones, y al menos 7  las convirtió ante  Deportivo Quito en los más de 20 cotejos disputados. El delantero pillareño Patricio Hurtado defendió por 9 años la divisa  “universitaria” y ahí nació la afición por el plantel del que se confiesa hincha.

Por eso no duda en decir que el cotejo de hoy (19:00) ante los “chullas”, que será el 150,  será complicado, mas al final el resultado favorecerá a los “merengues”.

“El paso del tiempo ha incrementado la rivalidad entre los dos equipos, pero espero que todos los jugadores de Liga amanezcan con buen pie, concreten y ganen”, indicó Hurtado, quien hoy es el técnico de la Sub 18 y la reserva de LDU.

Los recuerdos de la época de jugador están latentes en su memoria, mas no el número de cotejos ante los “chullas” y menos la cantidad exacta de goles marcados en esos duelos.

Lo que sí evoca con claridad es el penal marcado en 1999 y que le dio la clasificación al hexagonal final y el posterior campeonato ecuatoriano.

“Era un partido muy vibrante. Yo debía encargarme de la ejecución del tiro penal y lo hice gracias a Dios con mucha precisión. El estadio era una fiesta. Fue el gol que nos permitió disputar el título, que significó después el bicampeonato”.

Un año atrás, de la mano del entrenador brasileño Paulo Massa, el “Patogol”, como lo apodaban, levantó su segundo trofeo como monarca ecuatoriano. Antes (1992) lo hizo con la camiseta de El Nacional, cuadro que lo trajo desde su provincia natal, Tungurahua.

Después fue con el estratega chileno Manuel Pellegrini con quien dio la vuelta olímpica sobre el gramado de Ponciano, en su última estrella.

Hurtado mantiene la tradición de apostar con amigos el resultado de esta clase de partidos. Hasta hoy la fortuna lo ha acompañado. “Nunca me ha tocado pagar con el Deportivo Quito, solo alguna vez con Barcelona. Por eso siempre como gratis”, acota entre sonrisas el actual entrenador de 41 años.

La apuesta para hoy es una parrillada que incluye a 5 amigos. “Ojalá el equipo pueda encontrar mayor enlace entre los jugadores que no han actuado regularmente por lesión. Si Liga está bien, sabrá desequilibrar el marcador a su favor”.

Confiesa que como hincha sufre la impotencia de no poder ayudar en el marcador. “Cuando eres jugador tienes la posibilidad de incidir de alguna manera en el resultado, pero desde la tribuna es imposible y eso te llena de angustia”.

Se retiró del balompié activo en el Técnico Universitario de Ambato en 2005. Al año siguiente  llegó la oportunidad de dirigir las categorías formativas de Liga de Quito. Fue parte de la formación futbolística de los seleccionados Sub 17  José Francisco Cevallos y Luis Batioja. Su experiencia como deportista le sirve para entender mejor a sus jóvenes pupilos y orientarlos más.

En lo económico, aunque los “albos” llenen el estadio olímpico de Ibarra, no registrarán el monto esperado para este cotejo como local.

Según el jefe de taquilla de LDU, Marcelo Valencia, la recaudación de hoy será de 120 mil dólares, con 15 mil entradas vendidas. La mitad de lo que hubiese ingresado en Ponciano, donde se registra un promedio de  25 mil boletos en los cotejos triple A, como se cataloga a este partido. 

A eso se añade  10 mil dólares de logística, con lo que suman 130 mil dólares menos de ingreso.

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Fabián Cubero jugó 12 años de su carrera en Deportivo Quito, club que lo vio nacer. En ese tiempo se convirtió en el goleador histórico del club, con 62 tantos y además de máximo artillero con 8 en los clásicos contra Liga de Quito.

El ex jugador de los “chullas”, que también pasó por Espoli y Técnico Universitario, aseguró que el partido de esta noche (19:00) en Ibarra va a ser muy “cerrado” por las ubicaciones de ambos en la tabla de posiciones. Los “albos” son segundos y los “azulgrana” terceros.

Sin embargo, él confía en que su equipo logrará el triunfo y se mantendrá con posibilidades matemáticas para conseguir el primer lugar para llegar a la final del torneo. “Son buenos planteles y seguro van a dar un buen espectáculo”, comentó.

Entre los múltiples clásicos que jugó, rememoró dos en particular, además de los ocho tantos que marcó a favor de su equipo.

En abril de 1997, en el primer partido contra Liga en Casa Blanca, que se había inaugurado el 6 de marzo, Cubero recordó que se adjudicaron ese partido. “Ganamos 1-0 con gol de Joel Vernaza. Lo más destacado fue que terminamos con nueve hombres, era el primer clásico en su estadio que estaba completamente lleno”, dijo el ex Deportivo Quito.

Pero el gol que se quedó en memoria, además de ser uno de los más vistosos que marcó en su carrera, fue en 1994 en el estadio Olímpico Atahualpa. Cubero arrancó desde media cancha, eludió a varios adversarios y ante la salida del golero Víctor “Shaggy” Sánchez hizo un “sombrerito” para anotar.

“Fue uno de los más bonitos, sin duda, por lo que implica un clásico y la forma como se dio la jugada. Pero en realidad los ocho que marqué a Liga son especiales”, acotó.

Para el volante existe una diferencia entre los clásicos de su tiempo y los actuales. “Antes había más corazón, más entrega por parte de los jugadores. No digo que hoy no exista, pero ahora son distintas las apreciaciones que se tiene y no es  el mismo corazón que  se ponía antes en esta clase de partidos”.

Para Cubero, la actualidad del club es buena y después del bicampeonato (2008-2009) la hinchada se ha fortalecido. “Existe más apoyo y eso es fundamental. Para un jugador es necesario ver que tiene respaldo en las gradas”, comentó.

No llegó a jugar con Fabián Bustos, ex DT del club, pero señaló que fue muy pronto a su carrera para dirigir a un club grande. “Se ha preparado bien y empezó bien con el Manta. No tengo dudas de que va a tener mayor éxito con la experiencia que ha logrado”, dijo.

Para él, la llegada de Carlos Ischia le dio mayor jerarquía al plantel por su trayectoria y ve al argentino como un técnico apropiado para lo que busca el equipo.

Cubero no tiene ningún vínculo en la actualidad con el club, salvo cuando se realizan partidos de ex jugadores y se junta a Freddy Barreto, Rafael Flores, Luis Chérrez, José  “Maradona” Ordóñez  o Luis “El Chifle” Mosquera.

A sus 40 años no ha dejado de jugar, pero lo hace a nivel barrial. “Juego más que antes, pero con menos intensidad”, dijo, ya que actúa en algunas ligas barriales como La Vicentina, México y en torneos de canchas sintéticas.

En la actualidad reparte su tiempo como socio de una empresa de transporte pesado y en un negocio de ropa deportiva con su hermano gemelo Eduardo, que también fue futbolista.