Jéssica Lalama (19 años) y Andrew Rodríguez (16) son dos de los 19  nadadores ecuatorianos que terciarán en el “2013 Guayaquil Open Para Swimming” que organiza la Federación Ecuatoriana de Deportes para Personas con Discapacidad Intelectual (Fededi).

La justa, que  se cumplirá del 7 al 9 de junio en el Centro Deportivo Diana Quintana, es avalada por el Comité Paralímpico Internacional y contará con exponentes de Argentina, Brasil, Colombia, México, Venezuela y Ecuador.

La mejor

Luego de ver a Jéssica Lalama deslizarse en el agua cuesta mucho creer que algún día le tuvo pánico. Aprendió a nadar a los 9 años, cuando en la Escuela Fiscal de Educación Especial y Rehabilitación (Efeer), llevaban a los estudiantes a la piscina una vez por semana. Tres años después, durante un torneo  promovido por el club de natación Primos & Primas, quedó seleccionada para representar al país en un duatlón que se celebró en La Habana (Cuba).

Brazada tras brazada, Jéssica se convirtió en la mejor nadadora adaptada del Ecuador. Entre sus logros destacan la medalla de oro en los 100 metros libre del “2012 Guayaquil Open” y su clasificación directa a los Juegos Paralímpicos de Londres, gracias a registrar la marca A en los 200 metros libre del Argentina Open Fadesir.

Su presencia en dicho certamen es histórica: es la primera deportista nacional que accede a unas paraolimpiadas sin requerir una carta de invitación. Su crono en Buenos Aires fue de 02 minutos, 41 segundos y 59 centésimas (02m41s59c), la marca A era de 02m42s20c. A criterio de Bárbaro Ávila, entrenador de la Fededi, de mantener una preparación planificada y contar con el apoyo adecuado, Jéssica podría pisar el podio de Río de Janeiro 2016.   

Según su madre, Zoila Vega, la natación es lo más importante para su hija, tanto, que si no fuera por este deporte jamás habría sentido gusto por la lectura.

Explica que en la escuela Jéssica apenas “palabreaba”, pero a partir de sus competencias en el exterior cada lugar que conocía era un motivo para querer aprender más. Sin la ayuda de nadie, solo a base de constancia, aprendió a leer.

Potencial

Desde que aprendió a nadar (hace 7 meses), Andrew Rodríguez se dio cuenta de que su hábitat natural era el agua. Su contextura  y tamaño (1,81 metros)  lo ponen como  un gran  prospecto de la natación adaptada del país.

Conforme el relato de Bárbaro Ávila, pocas veces ha visto tamaña destreza en todos los estilos; su potencial le permite optimizar tiempos en forma sorprendente; por ejemplo, cuando comenzó cubría los 100 metros libre en dos minutos, ahora hace 01m19s25c.

No obstante, las expectativas de Andrew van más allá de los resultados. Arinda Cudriz, madre del atleta, recuerda el entusiasmo del joven por haber volado en avión hasta Cuenca de cara a un torneo del club Tomebamba.

Andrew no para de mencionar lo lindo que fue sentirse rodeado de nubes.  “Por verlo reír cualquier sacrificio vale la pena, pese a residir en la Mitad del Mundo y  madrugar con él todos los días para llegar a Sangolquí. Nada es más importante que ayudarlo a alcanzar su sueño: ganar una medalla paralímpica”, señala Arinda.