La cola siempre en alto -característica del caballo árabe- y su brillante pelaje llamaron la atención de los amantes de los equinos en la exhibición que se desarrolló en la escuela de equitación de Sangolquí.

Hembras y machos de colores diversos, pero siempre imponentes con sus jinetes, mostraron la agilidad y belleza de su raza, que en Ecuador tiene medio siglo de existencia. En cada una de las presentaciones, los jueces calificaron la coordinación entre el jinete y el animal. En las vueltas en la pista y en grupos, cada ejemplar demostró su donaire para el trote, la cabalgata y hasta el baile. Luego fue en forma individual, según la rutina que cada jinete o amazona prefirió. Medallas y el listón al caballo recibieron los ganadores en cada categoría.

Una de las más atractivas fue la del chagra, en la que los jinetes lucían la vestimenta típica de este personaje de la serranía ecuatoriana. Poncho, zamarro, bufanda y sombrero formaron un contraste armónico con el pelaje del animal. En esa categoría venció Francisco Cazamen sobre su yegüa “Serenata”.

En la exhibición equina en la capital, además, hubo quioscos con implementos para la cría de este tipo de animales en el país.