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Las demostraciones de amor en público generan diversas reacciones

Los besos desenfrenados y las caricias intensas en público son considerados actos provocadores.
Los besos desenfrenados y las caricias intensas en público son considerados actos provocadores.
30 de abril de 2016 - 00:00 - Andrea Rodríguez Burbano

Solo un ‘piquito’ o un beso intenso, de esos que duran varios minutos. Acortar o prolongar una demostración de afecto es una cuestión personal, pero cuando estas expresiones se dan en espacios públicos pueden generar incomodidad y rechazo si hay personas cerca.

¿Están obligadas las personas a ver algo que no quieren?

La psicóloga Cecilia Castelnuovo tiene su opinión. Para ella cada individuo maneja su concepto de lo que es correcto y lo que no y de qué es permisible y qué no, pero considera que es un tema difícil de zanjar.

Un acto amoroso que incluye besos, caricias y tocadas, puede ser cuestionado por ciertas personas para quienes cualquier manifestación de amor debe restringirse al ámbito privado, pero quizá para otros sea una expresión legítima.

Lo que ocurre es que, como señala Castelnuovo, las personas consiguen desinhibirse por la tolerancia cultural; si adoptan conductas sociales es porque la sociedad las aprueba.

La especialista no está de acuerdo con sancionar una manifestación de amor por más intensa que esta sea. “Habría que preguntarse cuál es el límite entre lo decente y lo indecente”. Hacerlo en un espacio público siempre resultará provocador.

Lo será más todavía si los protagonistas del beso no corresponden a una pareja estándar, como el caso de que sean 2 mujeres y 2 hombres.

Según el blog de la española Teresa Baró, experta en habilidades de comunicación personal y en lenguaje no verbal, la sociedad de hoy es más permisiva que la de nuestros abuelos. Las personas educadas según unas pautas de recato y discreción siguen actuando de la misma forma, aunque a su alrededor cambien los comportamientos. Además, no es solo un asunto generacional, sino cultural.

Para Dubraska López, psicóloga venezolana radicada en Ecuador, el pudor es más una sensación de la persona que se convierte en observadora involuntaria que de quienes protagonizan la expresión de cariño. Recuerda que en su natal Venezuela presenció en varias ocasiones escenas de fuerte carga erótica en espacios públicos. Recalca que todo depende de la cultura y de las normas impuestas por cada sociedad.

“Hay muchos adolescentes que lo hacen por una cuestión de rebeldía. El límite está en la cabeza de cada persona, pero hay que considerar que vivimos en sociedad y mis límites y los tuyos tienen que ser respetados”.

Para Dubraska, un beso, o un abrazo, son muestras de cariño aceptable; no ocurre lo mismo con aquellas que tienen un contenido erótico, como caricias intensas. Considera que son tan íntimas que deben realizarse en privado.

“Si esa caricia es solo para ti y para la otra persona no deberías hacerlo frente a todos”. Aunque esta especialista aclara que lo erótico no es reprochable, la intimidad es un acto privado. Insiste que no todas las personas pueden manejar los mismos contenidos eróticos y hace referencia a los niños y niñas que, en ocasiones, se ven obligados a presenciar exageradas expresiones de afecto en parques, plazas, buses y otros sitios públicos.

En Ecuador, al igual que en otros países, hay mayor permisividad, lo que no sucede en otros países.

Al respecto, la edición electrónica de la BBC de Londres, señala que la empresa Wiener Linien que opera el transporte público en Austria, produjo un documental de carácter informativo, en el que muestra ejemplos de pasajeros comportándose de manera poco ‘educada’.

En la película aparece alguien hurgándose la nariz, un perro desatendido babeando y una pareja besándose de forma desenfrenada. Según Anna María Reich, portavoz de la compañía Wiener Linien, besarse nunca estuvo prohibido en esta empresa, pero dijo que la campaña buscaba pedir a los clientes “un comportamiento considerado”.

“Un beso en la mejilla es correcto en público, pero uno en los labios y con lengua no es un comportamiento correcto, porque es un acto íntimo”, precisó William Hanson un consultor británico de ética y protocolo.

Para Hanson, los besos desenfrenados y las caricias intensas en público devalúan la muestra de cariño, pues se supone que es algo íntimo.

Aunque son manifestaciones cuestionadas, la capacidad de mostrar el afecto en público puede convertirse también en un acto liberador. Todo depende del contexto, hace 3 años, por ejemplo, más de un centenar de personas se besaron en una estación de metro en Ankara, la capital de Turquía, para protestar contra la amonestación que impusieron las autoridades a una pareja que se besó en la boca.

Son muchos los países donde existen prohibiciones en este sentido. Uno de ellos es Malasia, donde el sistema jurídico prohíbe besarse y tomarse de la mano en público, con excepción de los turistas, estos sí pueden hacerlo siempre y cuando las muestras de afecto no sean de una intensidad excesiva. En Australia también se han tomado medidas restrictivas respecto a los besos, en particular en las instituciones educativas, donde, además, los abrazos están restringidos durante el recreo para evitar que los más pequeños puedan verlos.

En Iowa (EE.UU.), uno de los estados con mayor producción de soja a escala mundial, se prohíbe a sus habitantes besarse en público por más de 5 minutos. Lo que se desconoce es si hay alguien que está tomando el tiempo.

En América Latina, en especial en Chile, hace algunos años, varios letreros fueron colocados en los pilares del Mall Plaza Los Ríos de Valdivia, en el que se veía la silueta de una pareja dándose un beso bajo el signo de prohibido. Bajo la imagen se podía leer: “No pierda la compostura y las buenas costumbres; niños mirando”.

El hecho generó polémica por ser considerado demasiado conservador, pero la ecuatoriana Carmen Maldonado, madre de familia, no lo cree así y dice que estos letreros deberían colocarse en Ecuador, especialmente, en los buses de transporte público. Recuerda que en el bus que toma para regresar del trabajo a su casa ha visto a varias ‘parejitas amorosísimas”.

“Es un ‘chance’ incómodo, porque no sabes a dónde mirar. Una vez los besos eran tan fuertes que tenían ese sonido típico...”, dice Carmen.

Aunque fueron numerosas las ocasiones que ha tenido que presenciar estas muestras de afecto, cree que lo mejor es no hacerse lío, colocarse los audífonos, escuchar música.

Especialista

'El amor es más discreto, más elegante, sin exhibicionismos'

Las muestras de amor en público no deben restringirse, pero hay algunas tan exageradas y tan intensas que me parecen hasta vulgares. El amor es más discreto, más elegante, sin exhibicionismos. He notado que, sobre todo, a las nuevas generaciones les gusta mostrarse y no tienen ningún sentido del pudor. No es que sea anticuada ni conservadora, porque está bien cogerse la mano y darse un beso, pero cuando estas manifestaciones de afecto suben de tono, se convierten en actos que pueden generar rechazo, sobre todo, cuando hay personas desconocidas alrededor.

Nadie está obligado a aguantarse estas manifestaciones de ‘amor’ o pasión. Es un hecho, que hay muchos jóvenes que buscan romper reglas, pero tienen que saber que viven en una sociedad. Incluso hay niños y niñas que cuando acuden a los parques o plazas están obligados a observar estas escenas.

Margareth Borniatti S. Psicóloga, Universidad San Francisco de Quito.

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