En Odaiba, una extensa isla artificial en la bahía de Tokio, en Japón, 148 empresas niponas y extranjeras participaron en la mayor exposición de juguetes del mundo.

Más de 35 mil productos se exhibieron en esta cita con el entretenimiento, a la que acudieron cerca de 140 mil visitantes, entre aficionados a los juguetes y padres de familia con niños.

En este escenario, las empresas buscan nuevos segmentos en un mercado orientado, sobre todo, a los niños. Aunque Japón tiene una importante industria del juguete, esta cayó en el país asiático el 1,2 % el año pasado, según cifras del instituto nipón de investigaciones de mercado Yano.

Junto a piezas clásicas como los peluches o carros a control remoto, las compañías Takara Tomy y Megahouse exponen lo que han denominado los juguetes de nueva generación: gafas de realidad virtual que permiten a los menores interactuar en distintos escenarios.

“Se trata de crear una experiencia lo más real posible y al mismo tiempo educar a los niños. Con esta tecnología aprenderán de una manera dinámica sobre las distintas especies de animales o los planetas del sistema solar, por ejemplo”, explicó Atsushi Ido, colaborador de la empresa juguetera Takara Tomy.

Para jugar a este pasatiempo de última generación, el usuario tiene que colocarse las gafas de realidad virtual, en donde se introduce un teléfono inteligente que le transporta a distintos escenarios, mientras que con las manos sostiene un mando que le permitirá desplazarse por a través de ellos. Estos productos se comercializarán en Japón a partir del próximo mes de agosto.

La vocación de esta nueva generación de juguetes es educativa, tanto que la empresa Takara Tomy tiene el asesoramiento de la Agencia de Exploración Aeroespacial de Japón para elaborar los viajes al cosmos.

Además de presentar estas innovaciones, la Feria del Juguete expuso otros juguetes de corte clásico: pelotas, camiones, juegos de cartas, figurines de la saga Star Wars o la factoría de superhéroes Marvel o juegos de construcción al estilo de la marca Lego.

Durante esta exposición, la empresa Takara Tomy mostró una colección de muñecas diseñadas para servir tras la barra de un bar de sushi.

En la feria también hubo espacio para la nostalgia con las versiones revisadas de clásicos como el yo-yo, la cinta de gimnasia rítmica o el conocido robot de los años setenta, Mazinger-Z, que, con motivo de su 40° aniversario, luce de lujo en su nueva edición para coleccionistas.

Pero la gran novedad del mercado nipón es la aparición del smartpet (perro inteligente) un can robótico al que se le inserta el teléfono móvil en el rostro para transformarlo en una mascota virtual.

Este sistema, bautizado como Omnibot i-Sodog, usa a su vez el teléfono inteligente para controlar un pequeño perro con sensores de movimiento o reconocimiento de voz.