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El drama de los animales que deambulan en las calles

El drama de los animales que deambulan en las calles
26 de marzo de 2016 - 00:00 - Verónica Endara Camacho

Atropellos, envenenamientos, quemaduras con agua caliente y maltratos por los transeúntes son algunas de las experiencias que deben vivir perros y gatos que deambulan por las calles, incluso algunos recorren las vías con heridas mal suturadas o infectadas. Muchos de estos animales alguna vez tuvieron un hogar.

“Me he vuelto loca buscándolo. Voy con mi cartel de un metro por un metro por todas las ferias. Él es como mi hijo”, dice Ana Córdova refiriéndose a ‘Polito’, un perro Shih Tzu de un año y medio, que desapareció el pasado 3 de febrero en Guayaquil.

Córdova aún recuerda el día que regresó a su casa después del trabajo: vio la puerta abierta, entró, y ya no encontró a ‘Polito’. Desde ese momento no ha parado de buscarlo, va a todos los eventos de perros perdidos, coloca carteles con la foto de su mascota y pone continuamente anuncios en medios de comunicación para que le ayuden a encontrarlo.

Para ella, ‘Polito’ es un miembro más de la familia que merece el mismo respeto que un ser humano, incluso —comenta— él es más leal que muchas personas.

“Polito’ es muy dócil, es un juguetito, se llevaba muy bien con los niños. Realmente es bien travieso, él solo quiere jugar, romper y dañar”, comenta Córdova y a la vez lamenta los riesgos que padecen los animales en las avenidas. “Los perritos que están en la calle pasan un verdadero infierno”, dice.

Muchos perros y gatos son golpeados en las calles, la gente los patea para que se alejen, les lanzan agua caliente cuando tienen sarna, caminan bajo el sol y la lluvia con fracturas por atropellamientos o maltratos de dueños insensibles.

“Es tan mala la sociedad, tan indolente, no les importa si un perro tiene un collar, simplemente las personas pasan de largo”, asegura.

Mucha gente ha intentado estafarla diciéndole que ha encontrado a su mascota. En una ocasión, un hombre admitió que el perro que tenía, muy similar a ‘Polito’, lo había robado de una casa para obtener el dinero de la recompensa. Córdova se hizo cargo de ese perro y hoy busca su hogar.

“Una vez rescaté a una perrita que además de ser atropellada le habían golpeado con palos por estar en la puerta de una casa; tenía una fractura en el cráneo y por el atropellamiento perdió su cola”, comenta María José Cuesta, rescatista de mascotas de Runa Ecuador. Agrega que uno de los casos más comunes de rescate son las perras con cachorros recién nacidos.

Según Cuesta, además de los perros perdidos y robados de sus hogares, otra de las razones para que existan animales en las calles es porque “en los barrios, sobre todo populares, tienen a los perritos y gatos puertas afuera, los dejan que vayan a comer en los basureros, algunos duermen en la calle, los dejan que anden por las vías y no los esterilizan”.

Actualmente es muy difícil encontrar hogares temporales para todos los animales rescatados. Cuesta en ocasiones debe pagar un hospedaje privado para casos emergentes. Comenta además que últimamente las adopciones han disminuido.

Su refugio cuenta con 20 animales rescatados de las calles, recibe donaciones para alimentarlos, pero los costos de cirugías, vacunas y hospedajes privados son altos. “Todos somos responsables de los animales en la calle”, dice la rescatista. Recomienda que un modo de evitar que el número de mascotas en las avenidas crezca es esterilizándolos y teniéndolos con un collar y placa de identificación.

Según la Ordenanza 048, aplicada en el Distrito Metropolitano de Quito, las personas con mascotas tienen la obligación, por ejemplo, de proporcionales a los animales un alojamiento adecuado, mantenerlos en buenas condiciones físicas y fisiológicas, someterlos a tratamientos médicos veterinarios y mantenerlos con una identificación.

“La gente debe entender el dolor que siente un animal en la calle, ellos no puede pedir ayuda. A la velocidad que van los carros pueden sufrir un accidente, si los atropellaron, deténganse y pidan ayuda, no se hagan cargo, pero pidan ayuda para que alguien atienda al animalito, muchos de ellos mueren del dolor a un lado de la calle”, dice María José.

Daniela (prefiere no dar su apellido) también llama a las personas para que se detengan y ayuden a los animales en las calles. Su gata blanca de 9 meses de edad, llamada ‘Copita’, desapareció de su hogar en Guayaquil hace algunas semanas.

“Mi gata nunca se iba más allá de la casa de al lado, no la dejaba salir, solo salía conmigo cuando sacaba la basura, tiene miedo a la gente y a los carros. Esta situación me deja con sentimientos encontrados. Voy a agotar todos los recursos hasta que aparezca”, dice Daniela.

Ella siempre deja comida fuera de su casa, está pendiente de los animales de la calles, los recoge, los esteriliza y les busca un hogar. Dice que todos deberían hacer lo mismo para ayudarlos. “Ya estamos tan acostumbrados a ver perros en la calles que se hace normal, pero no saben que la calle es el infierno para el animal”, comenta Córdova.

¿Cómo ayudar?

Una opción para ayudar a los animales de la calle es organizarse en el barrio y cuidar a los perros y gatos que deambulan por el lugar. Toda la comunidad podría encargarse de la esterilización y entre todos pueden darles agua y comida.

En algunos barrios colocaron en las veredas casas de cartón reforzado para que tengan dónde dormir los animales o puedan refugiarse del sol y la lluvia.

De este modo se convierten en perros y gatos comunitarios.

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