El argentino falleció el jueves en barcelona
Porrúa, el editor de dos leyendas
El editor es un ‘todopoderoso’ invisible, la mente oculta detrás de un relato que intenta ser fantástico. “Hace las veces de dios. Y demonio, según algunos”, escribe Sandra Araya en el suplemento Cartón Piedra. Patricio Lennard escribió en página 12 que sin duda Francisco ‘Paco’ Porrúa era un ‘escritor legendario’. Y aunque Lennard asegura que dicha atribución le causaba gracia a Porrúa, no se puede hacer más que repetirla.
Porrúa prefería definirse como ‘sensato’, como un editor a la espera de publicar algo ‘que sea bueno’.
Lo cierto es que sin Porrúa la literatura hispanoamericana se hubiera perdido de dos clásicos.
Según la leyenda, ‘Paco’ Porrúa recibió el manuscrito de ‘Cien años de soledad’ de Gabriel García Márquez luego de que lo rechazaran dos editoriales españolas. Porrúa se aventuró a leerlo y dijo ‘no haber sugerido ningún cambio’ a pesar del aire de cronista, que dice, tenía como referente, y esa falta de toque intimista ‘que vaya más allá de las situaciones extrañas que encadenan la obra’. Sin embargo, Porrúa vio en la novela de García Márquez una singularidad necesaria para la literatura, decía cada vez que le preguntaban. Así fue como el desconocido colombiano sale a la venta en Buenos Aires bajo el sello de Sudamericana en 1967.
Con ‘Rayuela’ de su coterráneo Cortázar habría pasado algo similar. Porrúa también fundó el sello editorial Minotauro, donde autores como J.G. Ballard, William Gibson, Ray Bradbury, Angela Carter, entre tantos otros, se traducen por primera vez al español.
Porrúa murió el jueves 18 de diciembre en Barcelona. Fue testigo de un cambio en el mundo editorial literario marcado por el comercio. Estaba consciente de que el trabajo del editor que se aventura por leer más allá de lo establecido estaba en manos de los independientes.
