Dos pocillos de café,la niebla de una mañana grisse confunde con el tenue vaporexhalado por las circulares bocasde tez morena. El dibujo de aquellos vaporespresagian el nacimientode un susurro. Dos manos acarician sus asasy dos bocas sorbenel calor que inaugura el verbo. Lo dicho se vierte, las palabras comienzan a tejerseen los poros del aire trascendiendo a los hablantespara invitarlos a jugarseriamente.Alejandro Sly (1980, Buenos Aires), poeta, dramaturgo y académico.