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Entrevista / Pablo Rodríguez / Gestor Cultural y periodista musical

"La Policía no entiende las dinámicas de las culturas urbanas"

"La Policía no entiende las dinámicas de las culturas urbanas"
09 de agosto de 2016 - 00:00 - Redacción Cultura

Pablo Rodríguez recopiló los testimonios de varios sobrevivientes del incendio de 2008 para la revista Rocker Magazine, de la que fue editor.

Desde 2012 se involucró en la gestión de lo que ahora es el Parque de las Diversidades y señala que la intransigencia de los organismos de control y de la fuerza pública con los rockeros continúa generando conflictos.

¿Se consultó a los miembros de las culturas urbanas para definir la estructura de este parque?

Hubo reuniones y asesorías, incluso con quienes hicieron los planos. Se requería un ágora con camerinos y ciertas pautas técnicas que ahora podemos usar. Hoy se dispone de una medusa (el cable que une la consola con la amplificación del escenario) y una consola, que ayudan en la producción de un concierto.

¿De qué forma se usó del espacio?

En una hectárea y media, quizá, se hicieron un auditorio, murales, un memorial, una pista de skate y 2 escenarios. Uno para unas 500 personas y el ágora, cuyo aforo es de 3 mil personas.

Pero hay conciertos de rock que convocan a un público mayor...

Falta un espacio incluso para otros géneros. Los conciertos más grandes se hacen montando una especie de sala en el Parque Bicentenario. Todavía no se puede entrar en la dinámica de megaconciertos.

Por ejemplo, System of a Down, que hubiese convocado a unas 6 mil personas, requiere un escenario que no entra en el coliseo Rumiñahui. Sus condiciones técnicas, de altura, no daban. Para eso había que montar algo como lo que se hizo en Metallica y eso, en cuanto a costos, pulveriza el probable retorno de una inversión. Hay que trabajar en un escenario más amplio y sólido, para todos los géneros, pero que sirva también para poner en escena a la música alternativa.

Has dicho que varios entes públicos discriminan a los rockeros. ¿Crees que hoy, en este parque, hay un lugar de encuentro para evitar aquello?

En absoluto. El sábado 23 de julio, por ejemplo, se había tramitado permisos hasta las 18:00 y, como era la primera vez que gestionamos algo en este escenario, hubo problemas inesperados. Requeríamos unos 40 minutos adicionales que usamos en adecuaciones, que me parece un margen adecuado en una producción grande. La Policía llegó a las 17:50 y nos dijo: ‘se van’. Quisimos explicarles lo que pasó, les pedimos media hora adicional, dado que no había asistentes ebrios ni inconveniente alguno, pero se negaron con la excusa de que estaban allí “para velar por la seguridad de los asistentes”. Fue una frustración total el entender que, en esta ciudad, puede haber todos los espacios públicos que quieras, infraestructuras mejores, pero si seguimos regidos por una visión policial en la que la seguridad dispersa a las personas que van a un concierto de rock, como si reunirse fuera una situación riesgosa, entonces no hemos avanzado.

¿Persisten las requisas?

Quitan esferos, correas, cadenas y hasta hacen que se saquen los zapatos para evitar situaciones supuestamente peligrosas. Después de eso, medio centenar de policías, con permiso de la Comisaría, se meten entre el público a abrirle la maleta a la gente en busca de alcohol o drogas. Es innecesario, pero pasó aquí, en la Concha Acústica y en el Parque Bicentenario. Si los asistentes tienen que hacer una fila para ser vigilados y, luego, perseguidos, la Policía no está entendiendo las dinámicas de las culturas urbanas. Tenemos un grave problema en épocas de Buen Vivir. Quizá la opción sea darles talleres sobre culturas alternativas a organismos como el Ministerio del Interior o los municipios.

¿Esto no pasa en otros conciertos?

Por mi trabajo he cubierto shows como el de Shakira, por ejemplo, y a esos he ido sin problema alguno. Incluso el Festival Quito Blues del año pasado tenía a 4 motos de policías a un costado del parque El Arbolito. Se vendió cerveza y hubo policías que dijeron que esa música, más suave, no genera problemas. A mí me comentaron que tienen mayores cuidados “con los del metal, con los del Factory”.

Creo que se debe evitar situaciones como los portazos en Iron Maiden o Metallica. Cosas perjudiciales que llaman la atención, pero la Policía continúa cerrada en una forma de hacer las cosas que incluye un desalojo, con caballos y perros, al finalizar los conciertos.

En el Parque de las Diversidades tuve que comprometerme a que la audiencia saldría después a las 18:40, y acortamos el repertorio de algunas bandas. (I)

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