Carlos Guevara Moreno había nacido en 1911 en Licto, parroquia cercana a la ciudad de Riobamba, y en 1912 su familia emigró a Guayaquil donde al cabo de un tiempo conseguiría una holgada posición económica. En 1923 ingresó al Colegio Nacional Vicente Rocafuerte y pronto comenzó a destacarse por su  liderazgo, el que se acentuaría en los siguientes años, una vez concretadas la Revolución Juliana en 1925 y la fundación del Partido Socialista en 1926. Imbuido por el fuerte espíritu revolucionario de la época, el joven Guevara Moreno fundó en 1928 la Liga Deportiva Estudiantil, de la que fue su primer secretario. Su activismo radical, cada vez más acentuado y notorio, le ocasionaría graves problemas: siendo estudiante de abogacía, en 1929, fue expulsado de la Universidad de Guayaquil por su participación en la “Fracción Universitaria de Izquierda” y por los mismos motivos no fue admitido en la Universidad Central de Quito.

Sin poder estudiar en su país natal, en 1930 su padre lo envió a París para que primero perfeccionara su francés y luego desarrollara allí una carrera universitaria. Como alumno de la Facultad de Física, Química y Ciencias Biológicas de la Sorbona conoció al escritor André Maurois y al intelectual comunista Paul Vaillant-Couturier, jefe de redacción del diario comunista L’ Humanité, quien lo introduciría en los círculos izquierdistas franceses. En 1932 comenzaría su amistad, determinante en su futura carrera política, con el futuro presidente José María Velasco Ibarra, quien se hallaba en Francia asistiendo a cursos vacacionales en La Sorbona. Dos años más tarde ya realizaba prácticas radiológicas en el Hospital Saint Antoine, cuando conoció a la también radióloga y estudiante de medicina Ruth Krober, alemana y comunista con la que pronto contrajo matrimonio. Para ese entonces Guevara Moreno era ya un convencido militante revolucionario, con amplia participación en los círculos marxistas franceses.

Para cuando estalló la Guerra Civil Española, en julio de 1936, el matrimonio decidió abandonar inmediatamente Francia para integrarse a las filas republicanas: con ese objetivo ambos ingresaron a las Brigadas Universitarias de Izquierda y se desplazaron al frente nacional de Madrid. Como teniente de la sección de Laboratorios Analíticos, Guevara Moreno tuvo a su cargo dos equipos móviles motorizados para la realización de análisis médicos. En la estratégica ciudad de Albacete se desempeñó como teniente del 10º batallón de la mítica XIV Brigada Internacional, conocida como la “Marsellesa” por la presencia de combatientes franceses en ella. Mientras tanto, Ruth quedó embarazada pero continuó con sus actividades en el frente. Luego el matrimonio viajó a Guadalajara, donde ella dio a luz a una niña, en tanto que él resultó herido en una pierna y fue operado en un hospital militar. Apenas recuperado, Guevara Moreno retornó a la acción como teniente de la V Brigada. Sin embargo, tuvo un fuerte altercado con un general ruso que ordenó su arresto y su inmediato enjuiciamiento por indisciplina. Cuando todo indicaba que el teniente ecuatoriano sería fusilado, sus amigos lograron organizar su rápida huida a Irún (País Vasco), en la frontera con Francia, en donde desde unos días antes ya se encontraban su mujer y su hija. De regreso a París organizó el viaje a Ecuador y a inicios de 1938 estuvo nuevamente radicado en Guayaquil.

Con una creciente popularidad a raíz de su participación en la Guerra Civil Española, Carlos Guevara Moreno pronto sería solicitado para intervenir en distintas campañas de apoyo organizadas por los artistas e intelectuales ecuatorianos a favor de los republicanos y, en general, de los combatientes de izquierda, aprovechando para ello el clima de apertura incentivado por el general Alberto Enríquez Gallo, en el gobierno desde octubre de 1937. El que seguramente fue el mayor acto de solidaridad con los republicanos realizado en Ecuador tuvo lugar el domingo 6 de febrero de 1938 en la multitudinaria Plaza Arenas de Quito. El “Homenaje a España Leal” fue organizado por un frente integrado por los tres partidos de izquierda existentes por aquella época en Ecuador, el Partido Socialista, el Partido Comunista y Vanguardia Revolucionaria Socialista Ecuatoriana, en tanto que fue animado por un comité de intelectuales y activistas compuesto por figuras notables como Benjamín Carrión, Jorge Icaza, Jorge I. Guerrero, Humberto Mata Martínez, Alejandro Carrión y Genaro Carnero. Junto con ellos participaría el joven político Guevara Moreno como orador, en lo que fue su primera intervención pública a su regreso al país.

Aquel día los simpatizantes con la causa republicana comenzaron a llegar a la Plaza Arenas a las dos de la tarde. Posteriormente se repartió un manifiesto de los tres partidos de izquierda a favor de “la libertad, el progreso y el bienestar del pueblo ecuatoriano” y se dio la bienvenida a una delegación del Partido Liberal. El acto comenzó con el Himno Nacional y se escucharon los discursos de los escritores Gonzalo Escudero, Pablo Palacio y Humberto Mata Martínez, en tanto que se concluyó “lanzando vivas a la democracia, a la España leal, a las izquierdas unidas del Ecuador y mueras a sus enemigos”. Con todo, el punto de más alto fervor estuvo a cargo de Guevara Moreno, quien narró diversas experiencias personales durante la guerra en España y celebró con alborozo la confluencia solidaria de brigadistas que arribaban a España de todas partes del mundo. Según las crónicas del acto, su expresión “Llevo en mi carne la mordedura de la metralla fascista”, pronunciada durante su alocución, generó una emoción incontenible en el público asistente y convirtió al excombatiente en una figura de creciente renombre en la izquierda y en la política ecuatoriana.   

La trayectoria posterior de Carlos Guevara Moreno, con todo, se orientaría en oposición a su pasado izquierdista. A partir de 1939 se convirtió en un estrecho colaborador de Velasco Ibarra: vivió desterrado en Colombia y Chile y retornó a Ecuador con la Revolución de 1944 para convertirse en Secretario General de la Administración del nuevo gobierno velasquista. Desde ese cargo ilegalizó y persiguió con saña a las organizaciones de izquierda. Con base en la ciudad de Guayaquil, en 1949 fundó “Concentración de Fuerzas Populares”, partido populista y paramilitar, incentivando además un nuevo culto a la personalidad de quien a partir de entonces sería conocido como “el capitán del pueblo ecuatoriano”. Con base en el apoyo de las masas guayaquileñas y costeñas, su actividad política se desarrolló con éxito pero también con visibles escándalos y denuncias por parte de la oposición, la que fue perseguida de manera implacable, incluso mediante actos terroristas. La historia de juventud de Carlos Guevara Moreno ha permanecido prácticamente olvidada o desmentida por sus opositores: sin duda, y hasta su muerte en 1974, sus prácticas políticas y su venal rechazo a la izquierda conspiraron contra el recuerdo del joven (y, hasta donde se sabe, único) brigadista ecuatoriano a favor de la España republicana.