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La oferta turística en Baños es inagotable y para todo público
Un gigantesco columpio de metal con los colores de la bandera de Ecuador y del que cuelgan gruesas cuerdas sobresale entre la vegetación de la comunidad Santa Rosa de Runtún, a quince minutos de Baños de Agua Santa (provincia de Chimborazo). Debajo hay 600 metros.
Hasta allí llegan curiosos y otros más atrevidos que deciden subirse al columpio conocido como “El vuelo del cóndor” y que disfrutan del paisaje desde las alturas. Con el casco en la cabeza y los equipos encima, suben una plataforma de madera desde donde son lanzados.
Los latidos del corazón aumentan y la sorpresiva caída hacia el abismo provoca un grito liberador. Ya suspendidos, muchos extienden sus brazos mientras sus cuerpos se balancean durante 10 minutos. La construcción de este columpio es una de las atracciones que propone Baños a los turistas que llegan por experiencias extremas o a disfrutar en familia.
En esa misma comunidad otros dos columpios permiten ver a Baños desde la Casa del Árbol. Y en el camino a los lugares se observa un parque con dinosaurios mecánicos y más allá una finca temática para niños. La diversidad de actividades que tiene el sitio turístico es inagotable.
Desde el centro de la ciudad salen los carros conocidos como chivas cada 10 minutos que llevan a los visitantes a conocer cascadas como el “Manto de la Novia” y en cuyos puntos cercanos se practican deportes extremos. Algunos se deslizan sobre un cable de acero, con arnés y mosquetón, en lo que se conoce como canopy.
El chofer hace una última parada para que conozcan “El Pailón del Diablo”. Los turistas emprenden una caminata por una ruta de tierra, pasan por un puente colgante y bajan por los empedrados escalones bañados por el rocío y las aguas de las impetuosas cascadas. Los visitantes descienden con cuidado, pero emocionados por conseguir una buena gráfica. (I)