Francisco, de 40 años, permanece impávido cerca de un poste de la calle Ernesto Albán, al sur de Guayaquil, en la ciudadela Guangala. Mira hacia una tienda de abarrotes esquinera sin ocultar el hilo de tristeza que recorre su rostro.

Han pasado casi 20 años de la ocasión en que perdió a su mejor amigo, de nombre Iván. Al contar su historia, prefiere no revelar apellidos. “No vaya a ser que algún sapo me ubique y quiera darme vire (matar)”.

Era el año 2000. Francisco e Iván, acostumbraban a verse en un local de alquiler de videojuegos, cuando el Nintendo 64 y Playstation eran las consolas más solicitadas. Pasaban horas gastando la yema de sus dedos en juegos como Mario Kart y King of Fighters.

Un día, Iván, en medio de esta actividad, le propuso a Francisco asistir a una reunión nocturna. “Están formando una ‘nación’, será divertido”, dijo Iván.

Francisco estaba al tanto del tema, sabía que eso de las ‘naciones’ no era sino una nueva forma de llamar a las pandillas. Por aquellos días “Ñetas”, “Latin Kings”, “New People” eran, entre otros, los nombres que más sonaban de esas agrupaciones.

Francisco se negó. “Yo no necesito de eso para divertirme, mi pana y sugiero que tampoco vayas, esa vaina es peligrosa”, le respondió a Iván.

Pero Iván no hizo caso. Tras una semana de haber ingresado, le presumía a Francisco las “peladas” que estaba vacilando desde que llegó a esa ‘nación’.

Fue cuando se dio la primera riña callejera que Iván comenzó a darse cuenta de su error. “Estaba decidido a salirse, tanto así que me dijo hasta el día para luego verse conmigo y jugar Play”, recuerda Francisco.

Se quedó hasta la noche esperándolo. A la mañana siguiente, un muerto apareció frente a la tienda esquinera que tanto observa. “Lo mataron a patadas, prácticamente, le reventaron la cabeza”, afirma Francisco. Nunca se supo si los responsables fueron los compañeros de la ‘nación’ o rivales de esa agrupación. (I)

David Guerrero Zambrano
Periodista de Ecuador Regional