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El Telégrafo

Argentina batallará contra la presión de ganar un título y Chile defenderá su corona

Argentina contará con Ángel Di María (centro, foto izquierda) y en el seleccionado chileno volverá Arturo Vidal (centro foto derecha) quien fue suspendido por acumulación de tarjetas amarillas.
Argentina contará con Ángel Di María (centro, foto izquierda) y en el seleccionado chileno volverá Arturo Vidal (centro foto derecha) quien fue suspendido por acumulación de tarjetas amarillas.
24 de junio de 2016 - 00:00 - Marcelo Izquierdo y Alejandro Tapia, corresponsales en Argentina y Chile

“El domingo ganamos. Si no ganamos, que no vuelvan”. La frase fue lanzada por Diego Armando Maradona en el final de una extensa entrevista en el canal de noticias C5N, por el 30 aniversario de su mítico gol a los ingleses en el Mundial 86.  

La de Maradona es una palabra autorizada en el fútbol argentino. Su frase, más que una amenaza, simboliza la presión que enfrentan los jugadores argentinos que este domingo (19:00, hora ecuatoriana) saldrán al MetLife Stadium de New Jersey para intentar cortar ante Chile una racha de 23 años sin títulos oficiales con la selección mayor y dos finales perdidas: la del Mundial de Brasil 2014 ante Alemania (0 a 1 en tiempo extra) y de la Copa América 2015 en Chile (ante el anfitrión y por penaltis).

Maradona abrió grandes los ojos. Suele no tener filtro cuando habla. Dijo lo que muchos argentinos repiten en sus casas: este domingo, en la ‘revancha’ contra Chile en la final por la Copa América Centenario, solo sirve ganar. Perder abrirá la puerta al fracaso, según esa exitista manera de ver el fútbol que tienen los argentinos. Y tal vez, para esos fanáticos, otra derrota será uno de los mayores fracasos en la historia de la selección ‘albiceleste’, que cuenta con uno de los mejores equipos de su vida, comandado por el  estelar Lionel Messi, que justamente hoy cumple 29 años.   

Los argentinos no están disfrutando de su equipo nacional, como sí lo hacen los hinchas neutrales. No salen a tocar bocinas como en mejores tiempos, ni se reúnen en el Obelisco de Buenos Aires para festejar cada triunfo, ni se escuchan gritos desaforados de gol frente al televisor. Es una procesión que va por dentro. Para ellos, no hay otro resultado que ganar, no sirve otra cosa que ser campeones y vengarse por fin de Chile.  

Los comentarios de café suelen repetirse. Frases como: “Hasta ahora no le ganamos a nadie”; o exclamaciones como: “¿Panamá? ¿Venezuela? ¿Estados Unidos? ¿Juegan al fútbol o al béisbol esos países?” son moneda corriente. Para ellos, los únicos rivales en una Copa América son sus clásicos, Uruguay y Brasil. Y ambos se fueron en primera ronda. Ni siquiera está Paraguay, una selección respetada por los argentinos.   

Otros, más sensatos, mueven la cabeza. “Para ser campeón hay que ganarles a todos. Ojalá salgamos campeones para que estos chicos, y en especial Messi, les tapen la boca a varios. No puedo creer cuando escucho que no le ganamos a nadie. Y si llegamos a perder ni me quiero imaginar los comentarios. Van a decir que a Chile le ganamos (2 a 1) en la primera fecha sin Messi, que estaba lesionado y en la final perdemos contra ellos con ‘Lio’ en cancha.  O sea, Messi va a ser el culpable”, dice a EL TELÉGRAFO el aficionado Miguel Rossi.

Argentina se juega mucho más que una final este domingo. Se juega el destino de una generación única de futbolistas que muy difícilmente volverá a aparecer. Una mitad de los fanáticos la disfruta -en especial a Messi- y espera que ese esfuerzo y talento colectivo se materialice en un merecido título.  

Pero la otra mitad es implacable: no perdona un desliz, y está simbolizada en una frase cada vez que Gonzalo Higuaín convierte un gol para la selección: “Era contra Alemania, Pipita”, repiten al recordar ese mano a mano que el delantero del Nápoli desperdició en el primer tiempo de la final de Brasil 2014.

Messi y compañía deberán cargar este domingo con toda esa presión.  Un país futbolero, como pocos, los mira fijo. No esperan otra cosa que la vuelta olímpica. Los que apoyan y creen más allá de finales perdidas y los que no dejan pasar una para atacar a la yugular y recalcan que no hay gloria en salir segundo. Pero en frente está Chile, el campeón y que también desparrama talento. La Albiceleste carga con toda la presión en sus espaldas.

La final entre será una batalla entre formaciones con altísimo poder de fuego: Argentina anotó 18 goles en cinco partidos y Chile 16 en igual número de juegos. El chileno Eduardo Vargas con seis tantos y Lionel Messi con cinco son los máximos goleadores de la Copa América Centenario, que se juega por primera vez fuera de Sudamérica.   

Chile apuesta a revalidar su título

No era un duelo fácil. Chile venía con la confianza por las nubes tras golear 7-0 a México en cuartos de final y hasta ahora la Roja nunca había podido vencer a la escuadra colombiana bajo el mando de José Néstor Pékerman.  

Pero bastaron apenas 15 minutos para que la selección chilena, al mando de Juan Antonio Pizzi, demoliera a Colombia, con un rotundo y contundente 2-0. Así, el campeón vigente de la Copa América volverá a enfrentarse al mismo cuadro que venció el año pasado en Santiago: la temida Argentina de ‘Leo’ Messi.     

Desde la goleada a México, Pizzi ha sorprendido y, de hecho, está logrando algo no menor: alejar el fantasma de la era de Jorge Sampaoli. Esta vez el estratega al mando de Chile enfrentaba a una Colombia en alza, pero además sin dos de las máximas estrellas y baluartes: Arturo Vidal, suspendido por acumulación de tarjetas amarillas, y Marcelo Díaz, que debería superar su lesión muscular para reaparecer el domingo ante Argentina.   

Ese día, Pizzi podrá contar con todas sus fichas. Lo que más sorprendió fue que Edson Puch, que tuvo una participación clave ante México, no fue titular en el duelo ante los colombianos en Chicago. Y en vez de Vidal utilizó a Pablo Hernández, prácticamente un debutante en la Roja, que a los 27 minutos debió abandonar por lesión.  

En su reemplazo entró otro ‘desconocido’, Érick Pulgar, a quien le costó entrar en el juego. También jugó Francisco Silva, que fue protagonista, al igual que Alexis Sánchez. Es decir, Chile ha consolidado un plantel generoso, que anda bien, más allá de las individualidades.          

Es precisamente este Chile, al que se suma lo ‘prendido’ que ha andado el goleador Eduardo Vargas, el que enfrentará Argentina. ¿Cuáles son las claves? Ocurre que la Albiceleste, que en la primera fase se impuso 2-1 a la Roja, ya sabe cómo jugarle a la escuadra chilena. Pero a diferencia de Sampaoli, que no daba su brazo a torcer con su esquema de vértigo y juego rápido, Pizzi es mucho más mesurado y pragmático.       

¿Un ejemplo? Ante Colombia, el adiestrador de la selección chilena sorprendió con la exclusión de Puch. Es decir, jugó solo con dos hombres en delantera (Vargas y Sánchez) para poblar y potenciar el medio campo con Hernández, Silva, Fuenzalida y Aránguiz. Pizzi supo doblegar a Pékerman. ¿Cómo? Dejando de lado la posesión del balón y apostó por el pase largo. Y eso le dio resultados. A los 11 minutos ya iba 2-0 en un partido poco usual, que demoró más de 4 horas por la tormenta que mantuvo el duelo suspendido por largo rato.

Por eso se espera que Pizzi nuevamente rearme el equipo para enfrentar a la Argentina de Martino. Y esta vez sí contará con Vidal y Díaz, mientras que el portero y capitán Claudio Bravo logró retomar su nivel con dos atajadas clave. Aquello tras una lluvia de críticas por su paupérrimo rendimiento en la primera fase (recibió 5 goles de su absoluta responsabilidad).

Chile, el campeón, jugará así su cuarta final de Copa América, esperando rivalidad el título histórico que tanto le costó alcanzar el año pasado en el Estadio Nacional de Santiago. “A la final de esta Copa llegan los dos mejores equipos de todo el campeonato”, afirmó Charles Aránguiz. Y tiene mucha razón.

La final será prácticamente una repetición de lo ocurrido en la Copa América en 2015. Ambas selecciones cuentan con los mismos planteles. En el caso de Chile, solo no estarán tres nombres que sí estuvieron el año pasado: Jorge ‘Mago’ Valdivia, Matías Fernández y Ángelo Henríquez. No obstante, ante Argentina solo fue titular Valdivia, que luego fue reemplazado por Fernández. Pero el resto del equipo es exactamente el mismo, con la diferencia de que ahora es Pizzi y no ‘Don Sampa’ el DT del actual campeón. (I)

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