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La versatilidad de la comida ecuatoriana
Si Arquestrato —antiguo poeta griego que aconsejaba al lector gastronómico sobre dónde encontrar la mejor comida— hubiera tenido la oportunidad de probar todas las delicias que el Ecuador ofrece en cuanto a gastronomía, seguramente toda su creatividad habría obtenido un espontáneo exponente; es así, la calidad y cantidad de delicias autóctonas de nuestro país, sin duda ha sido puesta a prueba por muchos reconocidos chefs internacionales, críticos especializados y amateur y muchos otros personajes relevantes del campo gastronómico, y con la seguridad de toda verdad, el Ecuador siempre ha sentado un grandioso precedente y ha dejado a los más exigentes paladares satisfechos y ansiosos de probar más.
Y no es únicamente el hecho de intentar resaltar una soberanía intrínseca por el hecho de ser un ecuatoriano, es reconocer, valorar y únicamente resaltar con elegante modestia los hechos que saltan a la vista; quien no ha tenido el gusto de probar un buen yahuarlocro, un delicioso cevichocho, o una exquisita guatita, definitivamente no ha podido sentir la cultura ecuatoriana en su boca, sentir el sabor de su historia y su tradición, de su proceso antropológico y de su grandeza dentro de su simplicidad, sin duda, no hay nada más embriagante y satisfactorio que beber de la maravillosa esencia de un pueblo que ha sabido trascender más allá de las conquistas y avatares de su propia existencia.
Los inocentes avances culinarios hechos por nuestros antepasados, y las obvias modificaciones a las que dichos avances se han visto expuestos, han sido el detonante del boom gastronómico que estamos viviendo con tanto gusto en nuestro país; dejamos de ser el ilustre dueño de recetas milenarias creadas únicamente para alimentar gente en secreto y con vergüenza, a ser con el mayor de los orgullos el mejor destino gastronómico turístico a nivel de Latinoamérica, y es tarea de todos saber llevar este bien ganado galardón muy lejos.
Sin duda el ser ecuatoriano es más que una nacionalidad, es más que un factor político o una delimitación simbólica de pertenencia a un grupo, ser ecuatoriano es saber dónde están tus raíces, estar en contacto con ellas, sentir que eres parte de una historia rica y grande, y que no serías quien eres sin ser parte de esa historia.
Nuestra cultura gastronómica moderna es ahora un ave con las alas abiertas que acaba de emprender su vuelo, ahora el Ecuador y su gastronomía tienen un sitial bien cimentado y los actuales y futuros Chefs son los llamados a seguir cocinando historia, reviviendo tradiciones y forjando nuevas tendencias sin separarse de las raíces; este es, sin duda, el momento de saborear al Ecuador.