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El Telégrafo
Fredy Lobato

El voto duro de Trump

07 de noviembre de 2020 - 00:00

El diario The New York Times, que denunció la evasión fiscal del presidente de Estados Unidos, el multimillonario Donald Trump (reportó impuestos por poco más de $700 en 2019 y una cuenta bancaria en China, país al que ataca constantemente en sus discursos), publicó una encuesta con el perfil del voto duro del republicano, que se trasladaría al de los electores promedio de derecha latinoamericanos.

Una fotografía que quizá no sea tan nueva para el promedio de votantes conservadores republicanos de Estados Unidos, pero que en contrapeso refleja –supongo, pues no contrasta con otras elecciones más que la penúltima, la de 2016 en que ganó– que mucho del voto demócrata, de Joe Biden, ha subido, con relación al elector promedio republicano, sobre todo en zonas altamente rurales y blancas, étnicamente hablando.

Este ‘voto duro’ pro Trump se desmenuza así: hombre, blanco, de 65 años en adelante, sin título universitario, casado, heterosexual (no detalla si es homofóbico), cristiano-evangélico, con ingresos mayores a $100 mil en 2019, veterano del ejército, muy conservador, habitante del medio oeste y sur de EUA, principalmente la zona rural, racista y favorable a la penalización del aborto.

Sin embargo, pese a sorprender la aun alta votación de Trump, la encuesta refleja que ciertos segmentos poblacionales (hombre, blanco, mayor de 65, heterosexual, rico, rural, etc.) no votó por él en alto porcentaje como se especula. Por ejemplo, el “voto latino”. Biden perdió en Florida, pero gana en grandes centros urbanos como Tampa, la capital Tallahassee; y en ciudades pobladas de latinos como Miami Dade, Fort Lauderdale, Hialeah y Orlando. El voto latino no es solo cubano-venezolano, que se comió el cuento del “socialismo demócrata”. Mexicanos, brasileños, portorriqueños, dominicanos y centroamericanos seguramente hicieron contrapeso. Culpe usted de eso a las dictaduras de ambos países.

Igualmente, el voto negro-afroestadounidense y el voto joven. Al final, se puede agradecer a Donald Trump el estímulo que su actitud generó en los electores para acudir masivamente a votar como nunca antes.

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