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El Telégrafo
Karen Garzón-Sherdek

Violencia política en Estados Unidos

15 de agosto de 2020 - 00:00

Alexandria Ocasio-Cortez ha sido blanco de múltiples críticas desde que fue electa por distrito 14 de Nueva York. Una mujer latina de clase obrera que con sus grandes ideas llegó al Congreso con amplio apoyo del electorado, fue atacada a finales 2018 por su vestimenta y luego en 2019 por un video grabado en su época de estudiante donde baila y ríe. A pesar de que se buscaba desprestigiarla sin razón lógica, el video recibió un sinnúmero de elogios. Ese mismo año, luego de que la congresista demócrata promovió un impuesto a la riqueza, la criticaron por unas supuestas fotografías nudistas, que posteriormente fueron desmentidas.

Pero esto no es todo, días atrás el congresista republicano Ted Yoho se refirió a Ocasio-Cortez con una grosería sexista, generada por un desacuerdo político. Cuando el altercado se hizo público, Yoho minimizó la situación y alegó que tiene dos hijas, como si esto último le exonerara por lo que dijo. Por su parte, la congresista demócrata dio un elocuente y potente discurso, indicando que ella también es la hija de alguien y que afortunadamente su padre no está vivo para ver los insultos e irrespeto que recibió por parte del congresista Yoho. Este discurso que caló los nervios de la violencia política estadounidense nos revela, una vez más, una cultura machista en la cual no se debate con ideas; sino que se emplean palabras que denigran a la mujer, para así callarlas.

A pesar de que el Congreso cuenta con una representación histórica de 113 mujeres entre representantes y senadoras, existen otros casos de violencia política que salieron a la luz en estos días. Nancy Pelosi, presidenta de la Cámara, afirmó que ha sufrido insultos por al menos 20 años de liderazgo. Es así como Ocasio-Cortez ha develado una problemática para la reflexión nacional y mundial.

Lo ocurrido en Estados Unidos es solo una muestra de que en el subconsciente social y cultural se cree que el liderazgo es de los hombres, ubicando a la mujer en roles secundarios. Es evidente que si Ocasio-Cortez fuera hombre, el congresista Yoho nunca hubiera dicho esas groserías en las escaleras del Congreso. Todos estos estereotipos no solo entorpecen el derecho político de las mujeres; sino que generan condiciones de discriminación y violencia contra ellas como personas y para el ejercicio de sus funciones.

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