Cansados de buscar vida en Marte, donde solo se han hallado vestigios de lo que alguna vez pudieron ser organismos vivos, ahora los humanos intentamos colonizar el planeta rojo. El proyecto privado que mentalizó el investigador holandés Bas Lansdorp, pretende instaurar la primera colonia humana en Marte en 2025.
El proyecto científicamente atractivo, revive discusiones políticas, éticas y económicas. Las más de 165.000 personas interesadas en el viaje, pagaron entre 5 y 75 dólares de inscripción, casi 2 millones de dólares, para iniciar tal emprendimiento. El costo total será de 6.000 millones de dólares, y ya existen empresas comprometidas.
En la primera fase se seleccionaron 1.058 personas, quedando 40 que se entrenarán en un campo similar a las condiciones geográficas de Marte y se preparan para vivir a un promedio de 63 grados de temperatura marciana. Estos preseleccionados se reunieron la semana pasada en la Universidad de Washington para recibir información del programa Mars-One. Es el momento en que se pone a prueba todo el fabuloso conocimiento científico-técnico de la humanidad.
Luego de recorrer 55 millones de kilómetros durante 6 meses de viaje espacial, 20 humanos serán los primeros colonos aliens. Cientos de nacionalidades ya han sido incluidas, excepto quienes practiquen el Islamismo, porque el viaje considerado de alto riesgo para la vida e incluso un suicidio, está negado en el Corán, según la Dirección de Asuntos Islámicos y Dotación de los Emiratos Árabes.
Entre las razones de este y posteriores viajes, se destaca que el ser humano es “una especie vulnerable que vive en una parte de la galaxia donde los acontecimientos cósmicos, tales como asteroides e impactos de cometas y explosiones de supernovas, son una amenaza significativa a la vida en la Tierra". Se mencionan además otros peligros más inmediatos, como pandemias mundiales, guerra nuclear o biológica, calentamiento global fuera de control, repentino colapso ecológico y presencia de supervolcanes.
Se deben resolver cuestiones técnicas: cantidad de comida, traslado de vegetales, salud de los viajeros, multidestrezas de los astronautas para solventar problemas y, sobre todo, la preparación psicológica para realizar un viaje sin retorno.
La idea no es absurda, ha sido acogida por varios científicos y grupos financieros. Existen publicaciones muy serias sobre los detalles técnicos que harán realidad este sueño muy antiguo plasmado en la frase de la apasionante serie Viaje a las Estrellas: “llegar donde jamás ha llegado el ser humano”.
