En la siguiente etapa, la ventana se mueve de lo radical a lo posible. Para ello se sigue citando a científicos, se argumenta que nadie puede vendarse los ojos y desconocer los elementos básicos del canibalismo, que solo un hipócrita se niega a hablar de ello. Para condenar la intolerancia, se hace necesario crear un eufemismo que desligue al fenómeno de la esencia de su contenido. Se sustituye la palabra canibalismo con antropofagia y luego con antropofilia. Se elimina así el término etimológico delictivo de canibalismo y se aleja el problema de su significado real. Al separar la palabra de su contenido se imita al criminal que cambia de apellido y obtiene un nuevo pasaporte.
De inmediato se mueve la ventana de Overton del campo de lo posible al de lo racional. Para ello se inventa un memorial histórico mitológico o contemporáneo, lo importante es legitimarlo para usarlo como prueba de que, en principio, la antropofilia puede ser legalizada.
Se promueven ideas como: Hay personas que desean ser devoradas, se cita el caso del romance de la novia que quería ser devorada por el novio. ¿Es posible que se trate del amor verdadero? ¿Quiénes somos nosotros para juzgar los actos del prójimo? Cada cual debe resolver si es antropofil o antropófago, y si es antropofil debe ser libre de comer lo que le venga en gana.
Al que se oponga a estas ideas se lo convierte ante la opinión pública en intransigente radical, un oponente agresivo de la antropofilia que llama a quemar vivos a los caníbales. En esta etapa, expertos y periodistas demuestran que durante la historia de la humanidad siempre hubo ocasiones en que las personas se comían unas a otras y que el deseo de comer humanos es aceptable genéticamente. Para popularizar esta idea, los medios de comunicación hablan abiertamente de destacados hombres públicos que practicaban la antropofilia, aunque en secreto. La antropofilia aparece en películas, en letras de canciones y en videos de YouTube. Y al que no le guste que se haga a un lado.
En una última etapa se pasa de lo popular a lo político. Los grupos de presión publican encuestas que confirman la existencia de un alto porcentaje de partidarios de la legalización de la antropofilia. La sociedad ha sufrido ya la ruptura de las normas de la existencia humana y se ha adaptado a nuevas leyes y costumbres.
El concepto de ventana de lo posible es viable en cualquier sociedad tolerante, en la que se distorsione la libertad de expresión y donde uno tras otro se eliminen las barreras que la protegen de su autodestrucción.
Este método funciona para hacer aceptable el bombardeo indiscriminado contra la población civil de cualquier país, las mal llamadas guerras humanitarias, el asesinato selectivo de dirigentes populares, la invasión a países soberanos, la tala de bosques, el exterminio de especies animales y todas las barbaridades que comete el imperialismo mundial globalizado.
Nota: Algunas ideas expuestas en el presente artículo se tomaron de la conferencia que dictó en el programa ‘Biesagón’ el director de cine Nikita Mijalkov.
