Hola, me presento, me llamo Tatiana Sonnenholzner, soy periodista, trabajé casi 4 años en la Televisión Legislativa de la Asamblea Nacional y por eso, hoy, les voy a contar esta historia. Esperen, esperen, antes de eso permítanme ayudarlos a sacar las cuentas y conectar los puntos, la respuesta, básicamente, es NO. Entiendo lo difícil que resultará creer, algunos datos juegan en mi contra: mujer, joven, Ecuador, poca meritocracia, alto acomodo, mal timing, demasiada coincidencia, pero la respuesta, básicamente, es NO… disculpen por esta licencia aclaratoria, es importante para que lo que van a leer a continuación carezca de ese prejuicio, que no me representa además. Dicho esto, arranca la historia:
Cuando me sumé al equipo de la Institución, llegué con esta duda: ¿por qué, si el trabajo que desarrollan los asambleístas es relevante, técnico y trascendental, no se pide algún requisito especial sobre su trayectoria educativa previo a ocupar esta dignidad? A lo que mi compañera, con mucha sabiduría me respondió: porque la Asamblea Nacional es la representación de los ciudadanos que habitan en Ecuador, de los gremios, pueblos y nacionalidades, etnias, líderes de comunidades, personajes populares o personas comunes, como tú y como yo, son el reflejo literal del componente humano del país.
Me explotó la cabeza y lo entendí perfectamente, son 137 personas que representan a esa variada y diferente forma de ser ecuatorianos. Porque, ¿quién más que un agricultor sabe lo que un agricultor necesita? ¿Quién más que un docente podría tratar de cubrir los vacíos en la Ley de Educación con base a su experiencia? ¿Quién más que un deportista sabría cómo potenciar, a través de la norma, el deporte? Etc. Para lo técnico y jurídico está el equipo profesional que los acompaña. Tiene sentido. En el deber ser, tiene mucho sentido.
Pero en el deber ser, los hombres no violarían a las mujeres, ni debería existir una norma que regule la libertad de decisión sobre el cuerpo del sexo femenino. En el deber ser, quienes fueron elegidos por votación popular deberían trabajar para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos a través de la ley. Lamentablemente, en lo que ES yo me pregunto: ¿a quién representan?
Por ejemplo, usted, asambleísta Washington Jachero, de Pastaza, provincia en la que un hombre fue sentenciado a 29 años y 4 meses de prisión después de violar a su hija de 12 años. Lugar donde nueve hombres fueron detenidos por estar involucrados en actos de violación a niñas, ¿a quién representó al abstenerse en el proyecto de ley para la Interrupción VOLUNTARIA del Embarazo en Casos de Violación?
Asambleístas, Sofía Espín y Luis Fernando Almeida, de Guayas, provincia en donde surge la mayor cantidad de denuncias por el delito de violación. Según un informe del INEC, entre enero y julio de 2021, de 2.972 denuncias el 14.84% provinieron de su territorio, ¿a quiénes representaron cuando dieron su voto negativo?
Patricia Mendoza y Lenin Lara, legisladores de Esmeraldas, sitio donde hace menos de un mes un hombre fue sentenciado por violar a una niña de 15 años en 2021, ¿en quiénes pensaron al votar no?
Algunos asambleístas nacionales como Ricardo Vanegas, Nathalie Viteri, Pierina Correa, ¿a quién representan? Según un informe de las organizaciones Care World Vision, Plan Internacional y el Programa Mundial de Alimentos, el 12% de niñas y adolescentes entre 10-19 años han estado embarazadas al menos una vez en Ecuador y el 80% de esos embarazos son consecuencia de abusos sexuales.
El resto, entre 14 abstenciones, 41 negativos y los que votaron sí, sin involucrarse, sin preocuparse, ¿a quién representan? Me lo pregunto mucho más en este caso, que solo debían crear el marco regulatorio para garantizar un derecho en firme ¿A quién representan? Cuando dicen NO a un hecho aprobado desde el 28 de abril de 2021, ¿a quién representan? Cuando se oponen a darle una opción a una niña, adolescente o mujer adulta de su provincia que fue violada, ¿ quién representan? Cuando ponen sus intereses particulares sobre las realidades nacionales, ¿a quién representan? Cuando engañan, a través de su discurso público, a sus representados al decirles que ustedes tienen el poder de revertir esta decisión, ¿a quién representan? Al categorizar y ponerles fecha a las mujeres, como si unas podrían evitar la violación más que otras, ¿a quién representan? Cuando eligen un equipo que no suple sino que comparte sus carencias, ¿a quién representan? Cuando se olvidan de a quién representan.
Y usted, señor Presidente, ¿a quién va a representar con su veto?
Empecé diciendo que soy periodista y termino preguntando como ciudadana, una que quiere sentirse representada por autoridades coherentes, conscientes y empáticas con la realidad del país, más allá de lo que dicta su moral, religión o una encuesta.
