En el III Censo Agropecuario del Ecuador observamos que del total de Unidades de Explotación Agropecuaria (UPA) el 75% corresponde a productores con superficies menores de 10 hectáreas. A este estrato de pequeños productores le corresponde el 12% de la superficie agrícola en cultivo. El 35% de la población del país es rural y la tendencia es a disminuir para emigrar a la ciudad en busca de oportunidades para mejorar su calidad de vida. Como se recordará, estos éxodos caracterizaron la Revolución Industrial, encontrando los desplazados trabajo en las fábricas, aunque las condiciones de vida fueran miserables, similares a las relatadas en las novelas de Charles Dickens.
En las ciudades del Tercer Mundo, limitadas o carentes de industria, esta solución no funciona y los emigrantes sin un trabajo estable se ubican en los suburbios, generalmente desprovistos de servicios básicos.
Nuestra producción agrícola está orientada a los productos primarios y los promedios de productividad, en general, son inferiores a los que obtienen sus competidores existiendo una diferencia notable entre lo que obtienen las empresas agrícolas y los pequeños productores. La economía es dependiente históricamente de la exportación de nuestra producción primaria severamente globalizada. Lo cual exige el urgente cambio de la matriz productiva y siendo el pequeño productor (del cual depende nuestra seguridad alimentaria) el sector vulnerable al cambio necesariamente debemos encontrar soluciones para su estabilidad y progreso.
Esta es una ecuación de difícil solución.
Son palabras del rey de Marruecos, Assan II, convocando en una situación parecida a su profesor de matemáticas para buscar soluciones: “Debo resolver una ecuación dificilísima”.
El profesor era Mehdi Ben Barka y el problema es Marruecos, a pocos años de su independencia. El régimen del Gobierno es ejercido por ricos feudales aliados con burgueses sin escrúpulos de reciente fortuna. Las actividades económicas son una agricultura elemental de pequeños productores y la pesca. La mayor superficie de tierras cultivables está en manos de los colonizadores, así como el comercio. La independencia es ficticia y las rebeliones del pueblo son reprimidas cruelmente. La situación es intolerable y Ben Barka es obligado a exiliarse.
Estos hechos suceden en el mundo turbulento de las décadas del 50 y 60. La presencia de Mehdi Ben Barka, nacido en Rabat Marruecos, fue un relámpago que puso de relieve la lucha por la descolonización del África. Probablemente con Frank Fanón fueron las mentes más lúcidas de los combatientes africanos por la descolonización. Ideólogo, con dotes excepcionales para la acción y capacidad organizativa. Exiliado y dos veces condenado a muerte por la monarquía que apoyó a instaurarse para conseguir la independencia con el menor coste posible de la vida de sus compatriotas. Fue nombrado presidente del comité organizador de la ‘Tricontinental’, celebrada en La Habana en 1966, para lo cual viajó intensamente para cumplir con sus funciones y paralelamente observar claves para resolver el subdesarrollo.
