Es evidente que grupos de la derecha conspiradora apoyan abiertamente el paro de sectores de trabajadores, promovido por algunos dirigentes que han actuado en los últimos tiempos en forma coordinada con la oligarquía golpista. En su viejo estilo han reproducido ‘plataformas de lucha’ parcialmente válidas para el pasado, ya que contemplaban exigencias y propuestas para los gobiernos de la partidocracia entreguista, al servicio de la banca explotadora y sometidos a las transnacionales petroleras, así como sumisos al FMI, la CIA y gobiernos de EE.UU.
Ese paro no se corresponde con los tiempos de cambios profundos que vive el país, liderados por quien ha derrotado largamente a los candidatos de la oligarquía y la falsa izquierda, en todas las elecciones en las que se lo eligió, consultas populares en las que se aprobó la Constitución vigente y varias reformas a la misma y en las que se designó, con amplia mayoría, asambleístas, alcaldes, prefectos, concejales y miembros de juntas parroquiales, identificados con la Revolución Ciudadana.
No solo la Constitución consagró muchos principios y normas, como el carácter intercultural y plurinacional del Estado, los derechos de la naturaleza, mujeres, jóvenes y minorías étnicas; también el recurso agua como derecho humano fundamental, sino también leyes que establecen salarios dignos, estabilidad laboral, acceso libre y democrático a las universidades, respeto de derechos de estudiantes y maestros; el fortalecimiento de la seguridad social y otras conquistas que ahora, torpemente, pretenden desconocer, buscando -desde la derecha- confundir con propósitos conspirativos, aupados por ciertos dirigentes sindicales petrificados y de la Conaie.
Es un cínico maridaje que hoy ha quedado más descubierto y raya en lo ridículo, cuando un banquero ofrece dejar la “última gota de su sangre” por la causa de los indígenas y trabajadores; y algunos asambleístas vociferan por leyes o proyectos, en hipócrita ‘defensa’ de los pobres, porque sus contenidos los ‘perjudica’ y hasta ‘asesina’(¡?); o de quienes consideran ‘herederos’ o dueños de bienes que ganan ‘plusvalía’, que el Estado abusivo se los ‘quitaría’; o jubilados a los que se rebajaría en un 40% sus pensiones. ¡Pura mentira e hipocresía! Solo defienden lo suyo.
A lo largo de la historia, ha sido la derecha y sus gobiernos, representando a terratenientes latifundistas, poderosos empresarios y exportadores, corruptos banqueros, los que han creado leyes para su beneficio, han robado dineros públicos, apoyado a banqueros ladrones, rifado el petróleo, cometido abusos contra obreros, empleados, campesinos, comunidades indígenas, dirigentes políticos y sindicales, maestros y estudiantes, luchadores progresistas, quienes -además- han sido reprimidos, muchos torturados y asesinados.
Las verdaderas organizaciones de trabajadores e indígenas han estado siempre combatiéndolos, ya que han representado a sus opresores y explotadores, jamás con ellos, y menos en oposición a cambios revolucionarios.
Ese paro patronal fracasará. Es falso como su ‘plataforma’. Su origen está en los intereses de la derecha. Es desleal. También da lugar a la unidad de los sectores democráticos, los que deben aprovechar para avanzar. (O)
