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El Telégrafo
Edgardo Mocca

Los trabajadores en la mira

22 de octubre de 2018 - 00:00

No es un invento del firmante de esta nota. Lo dijo Macri. “Cada uno tiene que cobrar lo que corresponde”, sostuvo el presidente en la inauguración de un parque eólico en la provincia de Chubut. “Nadie puede pretender cobrar más de lo que vale su trabajo porque deja a cientos de miles de argentinos sin trabajo”. El salario, argumentó además, es una parte de la “logística” de las obras. Pasó como pasa todo actualmente en este país sin merecer mayores comentarios ni reflexiones. Sin embargo, en esas palabras está la clave ideológica de este gobierno y su presidente. El lugar del trabajo y de los trabajadores es una clave central de la conformación histórica de la Argentina contemporánea. Perón entró en la historia por sacar de la oscuridad esta elemental premisa. Por recogerla de la historia del sindicalismo anarquista, socialista, comunista y socialcristiano. Por comprender que la negación de los derechos obreros era la causa principal de las grandes destrucciones, de las guerras civiles y la decadencia de las naciones. Ese impulso solidario constituye el elemento fundamental de la cultura política argentina contemporánea y fue el objeto principal a destruir por las agendas represivas y terroristas de las dictaduras durante los últimos 50 años de historia. La solidez material y moral de los movimientos de los trabajadores es una diferencia específica de nuestra historia.

La baja del salario es el principio básico de la plataforma nunca escrita de la política oligárquica en el país. Es la clave de la “competitividad”, de la conquista de un lugar en el mundo, del equilibrio de las cuentas fiscales y hasta de la “armonía social”. Se necesita disciplinar la mano de obra argentina para ser un país ordenado, para terminar con los piquetes que obstruyen las calles, para ser un país normal, como lo son aquellos que no ponen en discusión la superioridad moral del capital sobre el trabajo. Hay en la oligarquía nativa envidia por el modo en que resolvieron este problema algunos países cercanos. Chile, por ejemplo, donde la dictadura pinochetista tuvo éxito en una reconstrucción material, cultural y moral que borró por muchos años la herencia de Allende y de la Unidad Popular. (O)

 

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