El terremoto que azotó al norte del país ha dejado devastación en Manabí y Esmeraldas, con cientos de muertos, desaparecidos y heridos, destrucción de viviendas e infraestructura, corte de luz, falta de alimentos, agua, etc. El dolor, la angustia y la desesperación de las familias afectadas marcaron las escenas trágicas en Pedernales, Canoa, Manta, Portoviejo, Chone, Bahía, Muisne, etc.
La primera tarea fue el rescate de personas y fallecidos por parte de bomberos de Quito, de Ambato, Guayaquil, Machala y del exterior y de los rescatistas con perros que sacaron gente de los escombros. Los médicos y enfermeras trabajaron muy duro para ayudar a los heridos. La labor de las Fuerzas Armadas fue fundamental para la seguridad y distribución de donaciones. Las entidades públicas lograron organizarse, distribuir la ayuda a damnificados y reactivar los servicios básicos. Las necesidades de la tragedia superaron la logística, pero no el coraje y valor para ayudar.
La desgracia hizo resurgir la solidaridad del pueblo ecuatoriano. En Guayaquil, estudiantes de la U. de Guayaquil y Católica recabaron ayuda. Los empleados de la Intendencia de Guayaquil y de otras sedes de la Superintendencia de Economía Popular organizaron la entrega de productos. Contribuí con dinero y comida, respectivamente. Organizaciones animalistas, chefs, MIES, prefecturas, iglesias, Cruz Roja, Municipio de Quito, de Guayaquil, empleados, voluntarios, deportistas, etc. se organizaron para recabar ayuda. Hubo cadenas de oración y resurgió el espíritu solidario del guayaquileño que entregó lo que podía. Lo mismo pasó en Quito, Cuenca, Ambato, etc. en todo el país, la movilización del pueblo y vía redes sociales fue fenomenal. Muchos ecuatorianos en el exterior envían ayuda. Dos empresarios del país crearon web para dar y recibir donaciones (https://www.youcaring.com/ecuador-s-earthquake-victims-557731). Ganaderos, universidades, farmacias, aerolíneas, contratistas, medios de comunicación, funerarias, telefónicas, empresas, etc. dieron servicios y productos. Emelec envió un conteiner con vituallas, Independiente donó taquilla. Hay que seguir el ejemplo.
Muchos países donaron. El primer avión en llegar fue de Venezuela, pese a su crisis, que aportó con rescatistas y bienes, así como Colombia, Perú, México, Cuba, Bolivia y Honduras; Chile aportó con bomberos; Suiza y España enviaron expertos y equipos móviles; Estados Unidos dio bienes; la UE, Noruega, Rusia, Unasur, ONU, OPS, BM apoyaron. En México, España, EE.UU., etc. se recogen donaciones. Agradecemos la solidaridad latinoamericana y mundial.
Si bien se realizó el rescate, atención a heridos, organización de la ayuda y socorro a los damnificados, demolición de escombros, toca ahora la etapa difícil de la reconstrucción y reactivación económica. No es solo tarea del Gobierno, es hora de unirnos para seguir ayudando a nuestros hermanos. Hay que destacar la labor de los jóvenes y voluntarios; la fortaleza y energía del pueblo para dar ayuda. Nos recuperaremos de esta tragedia y unidos el país saldrá adelante. (O)
