Ecuador, 27 de Abril de 2024
Ecuador Continental: 12:34
Ecuador Insular: 11:34
El Telégrafo

Sucre y el aeropuerto

19 de mayo de 2012 - 00:00

En los viajes internos y al exterior, reconforta el aviso de que en pocos minutos aterrizaremos en el aeropuerto. Cuando desde pequeños hemos escuchado un nombre que lo identifica, ligamos a él nuestra percepción de la ciudad a la que arribamos.

Así, Guayaquil estaba cercano cuando se mencionaba el preclaro nombre de Simón Bolívar y Quito, con el del glorioso Mariscal Sucre. Ahora el de Guayaquil cambió su denominación y, aunque el gran poeta Olmedo es cumbre literaria y paradigma de patriotismo, las razones para esa modificación no son suficientes y corresponden en parte a una corriente antibolivariana que soterradamente sostienen algunos intelectuales y políticos de la ciudad.

La situación en Quito es distinta, pues la admiración a Sucre, héroe máximo de la batalla de Pichincha, es unánime. La conmemoración del bicentenario del Primer Grito de Independencia, de la masacre del 2 de Agosto y de la Constitución elaborada después de esa derrota, trajeron a la memoria muchos nombres de patriotas que quizás no han tenido todo el reconocimiento que merecen como forjadores de nuestro país. Los que se han mencionado: Carlos Montúfar, Manuela Sáenz, son acreedores de la gratitud nacional y por ello no extraña que hayan sido propuestos a la comunidad para designar con ellos al nuevo aeropuerto.

Sin embargo, quien nos dio la libertad en la famosa batalla del Pichincha con la cual concluyó el dominio español, no puede ser apartado de la ciudad que tanto amó. Quito fue la urbe predilecta del cumanés que, como lo recuerda Alfonso Rumazo, dijo: “Pienso que mis huesos se entierren en el Ecuador o que se tiren dentro del volcán Pichincha” y explicitó su amor por la urbe liberada  en carta al Concejo Municipal de Quito, desde Potosí el 9 de abril de 1825: “Quito, el pueblo más querido de mi corazón…Ese sentimiento de amor por los quiteños durará en mi alma hasta los últimos días de mi vida”. En la Catedral de Quito, y en urna elaborada con piedras del Pichincha, reposan los restos de este venezolano extraordinario que en tan solo 35 años de vida dejó una estela de heroísmo, lealtad al Libertador  y extraordinarias dotes en la conducción civil de los pueblos recién liberados.

Así como Quito nos pertenece a todos los ecuatorianos aunque no vivamos en su suelo, Sucre es ecuatoriano y quiteño por derecho propio. Por ello me sumo a quienes piden que su excelso nombre identifique por siempre la llegada y partida de quienes habitan en el país que liberó.

Contenido externo patrocinado

Ecuador TV

En vivo

Pública FM

Noticias relacionadas

Social media