Desde el inicio la Asamblea Nacional dio muestras de incapacidad para cumplir su rol que es el de legislar y fiscalizar. El ente legislativo, resolvió este jueves 24 de marzo negar y archivar el proyecto de Ley de Inversiones, iniciativa enviada por el Ejecutivo semanas atrás. La moción para su rechazo, presentada por el independiente Darwin Pereira logró 87 votos a favor, 44 votos en contra y tres abstenciones.
Ante esta negativa, el presidente Guillermo Lasso reaccionó en sus redes frente a la decisión de la Asamblea, asegurando que la Ley fue negada porque el Gobierno no había aceptado “chantajes”. “Vamos a analizar todas las alternativas establecidas en la Constitución para insistir en esa oportunidad para el pueblo ecuatoriano”, dijo el Primer Mandatario quien también acusó a algunos asambleístas de “ladrones y corruptos”. Todo apunta a que la relación entre el Ejecutivo y el Legislativo se complique aún más.
La negación al proyecto de Ley enviado por el Ejecutivo evidencia nuevamente la posición asumida por la actual Asamblea, de ir cerrando paso al Gobierno, lo cual no genera las garantías mínimas para que proyectos y reformas propuestas desde el Ejecutivo puedan ser debatidas en el futuro.
En este escenario, nuevamente, la propuesta de muerte cruzada, vuelve a cobrar fuerza a pesar del impacto que ello generaría en el país.
En un escenario de crisis política, la opción de muerte cruzada genera dudas, pues se podría dar una mayor incertidumbre y caos, ello es algo que deberá ser medido por el gobierno. Sin embargo, cada vez son más los sectores que señalan la necesidad de tomar decisiones de fondo, que permitan dar un golpe de timón en el mediano plazo, afirmando que ante la situación política actual, no bastarían medidas parches.
Por el momento, el presidente deberá presentar las pruebas que demuestren las acusaciones hechas en contra de varios sectores políticos para así evitar caer en nuevos escándalos.
La crisis política actual demanda diálogos mínimos que permitan resolver temas trascendentes para el país, ello sigue siendo una tarea pendiente de las organizaciones políticas. Adicional a ello, el involucramiento de la ciudadanía en la cosa pública, será fundamental para lograr salir de ese populismo político en el que el Ecuador lleva inmerso desde hace algunos años.
¿Será la Ley de Inversiones la gota que derrame el vaso, permitiendo la configuración de un nuevo escenario político? La pelota está en la cancha del presidente.
