Aunque hay gente que pretende encontrar antecedentes del relato policial en Egipto o en China, los cierto es que este es un fenómeno moderno. Los que hablan del Zadig de Voltaire (1748) ya están más cerca. Hablo de relato porque incluimos novelas y cuentos en este género.
Lo cierto es que fue el gran escritor estadounidense Edgar Allan Poe el primero en escribir un relato policial tal como lo entendemos ahora: Los crímenes de la calle Morgue. Allí aparece el detective Auguste Dupin y el uso del razonamiento para resolver misterios. Pero Poe no profundizó mucho en el nuevo género porque su genio estuvo dedicado al relato de terror y a la poesía trágica. Además, murió joven.
Su relato influyó en algunos imitadores en Francia y en Inglaterra. Pero fue un escritor escocés quien creó al prototipo del detective privado. Arthur Conan Doyle publicó en 1887 Estudio en Escarlata, donde aparece Sherlock Holmes y se explica el método deductivo. Con cuatro novelas y 56 cuentos el detective londinense se hizo famoso.
Al empezar el siglo XX parecía que se había estancado el género. Pero entre las dos guerras mundiales (1918-1938) se produjo la Edad de Oro del relato policial, especialmente en Inglaterra. Después de eso vendría la novela negra estadounidense con un relato crudo y cínico, muy bien representado en la película El Halcón Maltés con Humphrey Bogart, basada en la novela de Dashiell Hammett.
Derivado del relato policial surgió el subgénero del relato de espías, con las obras de Ian Fleming y su personaje James Bond. Pero regresemos a la Edad de Oro y conozcamos a la escritora más destacada de este género. Aunque falleció Agatha Christie en 1976, es aún la escritora que más novelas ha vendido hasta ahora (2.000 millones).
Sus 66 novelas y 14 colecciones de cuentos policiales, así como sus personajes Hércules Poirot y Miss Marple se conocen en todo el mundo. Además, escribió una obra de teatro muy famosa, Trampa para Ratones, que solo dejó de representarse con la pandemia. (O)
