Ecuador, 29 de Abril de 2024
Ecuador Continental: 12:34
Ecuador Insular: 11:34
El Telégrafo

Reinscripción electoral

22 de junio de 2012 - 00:00

La presente renovación de las competencias partidistas que estableció -y están en plena vigencia- la Constitución de Montecristi y que diligentemente conduce el Consejo Nacional Electoral actual reitera la palpable y aguda crisis que aqueja a las añejas organizaciones de partidos y la de sus socios, los movimientos electoralistas, nacidos y mantenidos al calor clientelar del ansia por el poder local o seccional.

Las vicisitudes estructurales para conseguir la adhesión de nuestros compatriotas, para quienes fueron las dominantes y atrabiliarias parcialidades políticas, de cuyo oscuro discurso solo quedan flagrantes violaciones a sus propios principios ideológicos, promesas populares jamás cumplidas y pactos contra natura, son la muestra fehaciente de que no se puede engañar a los pueblos permanentemente; la ciudadanía ecuatoriana, patrióticamente, les ha pasado factura, actitud que pone en peligro no solo la supervivencia de estos bandos, sino también su propia vigencia.

El descrédito de la vieja clase política es tal que algunos de sus antiguos dirigentes -si se los puede llamar así- solamente quisieran quedarse en la palestra sufragista, con un fin determinante: reinstalarse en el espectro del voto, para unirse, aunque sea con los demonios, y enfrentarse al presidente Rafael Correa, en el menguado intento de derrotarlo. Por tanto, soslayan con semejante posición los enfoques necesarios, tanto en el marco del debate de ideas que deberían ser importantes, como en el de las relaciones sociales, y se convierten en más dependientes  de las intenciones y los objetivos nefastos de la conspiración fáctica, siempre activa en nuestra tierra.

La feria de compromisos y conjeturas para conseguir las firmas reglamentarias para estar entre las agrupaciones  reinscritas en el CNE es una maniobra cuesta arriba para la partidocracia y sus formaciones afines y los plazos se cumplen y el tiempo apremia. Durante estos 30 años de “reestructuración democrática”, por primera vez, el conglomerado social, que antes estaba subordinado a las definiciones de “cónclaves empresariales” hoy,  frontalmente, asumiendo las experiencias trágicas del pasado y buscando un futuro más justo, conquista espacios y decisiones con una aceleración de la que existen pocos precedentes en la historia de la República.

Solo la pobreza y la miopía intelectual de algunos exponentes del “ancien régime”, o las entelequias vacías de los que  no conocen o desdeñan la razón crítica, les permiten creer que pueden vendernos ruedas de molino solventando criterios mentirosos referentes a un hecho real: la modificación sustancial en la conciencia de millones de hombres y mujeres, de adultos mayores y de jóvenes y hasta de niños que aprueban y apoyan los cambios pacíficos y  fundamentales ya conseguidos en la patria por el gobierno revolucionario de Rafael Correa.

Aun con toda la problemática que pueda concitarse por la acción sediciosa de la reacción nacional y la imposición extranjera, la certeza y conocimiento de que otro Ecuador es posible y que un porvenir luminoso y provechoso le espera a nuestro país nos sostendrá siempre.

Contenido externo patrocinado

Ecuador TV

En vivo

Pública FM

Noticias relacionadas

Social media