¿Qué regalar? Much@s se preguntan estos días insistentemente ¿qué regalar? La Navidad se convirtió desde hace décadas en una ocasión espléndida para confundir valores esenciales de la vida humana con deberes que el mercado reparte como urgencias. Pero quizá lo mejor sea no regalar nada que implique la sensación obligatoria de quedar bien sino la paz de dar tiempo y alegría –cuando el ánimo nutre el espíritu de verdad- a quienes se ama por lo que son y quieren ser todos los días.
El amor, revestido de paciencia y sabiduría, tiene la virtud de refrescar cada relación humana que no ha sido infectada por el interés de sacar provecho antes o después de cultivarla. El discurso que plasman quienes se dicen cristianos de ocasión, en estas fechas, a veces omite que la presión social que guarda el don de entregar algo es sustancial a la capacidad de recibirlo con generosidad humana, o sea, belleza interior.
Damos tiempo, amor, saber, pasión solo cuando hemos comprendido que la vida es plena en compañía de otros seres cercanos o lejanos. He allí un regalo, unos dones, que lucen la dimensión de lo no tangible ni visible pero que llenan el cielo del alma y combinan la imagen de estar libres en un mundo que calcula el cariño como derroche. Recuerdo que cuando era niña esperaba la mañanita del 25 de diciembre para hallar los juguetes en mi cama traídos por Papá Noel. Así crecí y fui feliz. Esos regalos, lindos y sencillos, fundaban un universo paralelo: la ilusión de que no valían dinero sino emoción, ruido, risas, sorpresas y gran colorido. La Navidad para mí era un conjunto de artefactos y sonidos que nunca representaban, en estricto sentido, plata. Había en la ilusión del regalo la generosidad de lo poco que era mucho. Lo muchísimo –hoy lo veo con enorme nitidez- que me amaban mis padres cuando se ingeniaban modos de esconder los juguetes hasta la noche del 24.
¿Qué regalar? Regalar ilusiones, pasiones, saberes. En el fondo eso se me regaló cada 25 de diciembre. No viviría hoy tan feliz si no labrara cada día tanta ilusión, tanta pasión, tanto amor. ¡Feliz Navidad! (O) et
