El que Alianza PAIS deba modificar su estructura de organización es una condición inevitable si quiere seguir siendo la mayor fuerza política del Ecuador. Algunos consideran que la opción entre si es partido o movimiento es una discusión casi irrelevante, denotando un cierto mecanicismo en la comprensión de los procesos sociales. No es un problema de simple denominación, por el contrario, la nominación da cuenta del grado de penetración ideológica en una organización y el cómo esta ha ido avanzando en su despliegue de fuerzas en la sociedad. La nominación debe ser la fiel expresión del contenido para el caso de las organizaciones, significa el grado de concordancia en todos sus niveles operativos; pero sobre todo del grado de desarrollo de las fuerzas militantes; su organicidad respecto al ideario y al programa político como a la praxis revolucionaria que se exige de ambos.
Lo que ha pasado con Movimiento PAIS es que se ha reducido a una operatividad electoral, no a una máquina electoral, sino a un conjunto de acciones en pos de la victoria de los candidatos; dejando de lado el forjar una militancia orgánica más que adherentes permanentes. Movimiento PAIS requiere sujetos políticos orgánicos y para esto es necesario diversos mecanismos para la alfabetización política con la cual y, de manera progresiva, esos sujetos se transforman en militantes capacitados para poner en movimiento y hacer carne el contenido ideológico. A algunos les puede asustar llegar a este punto porque consideran que el militante no piensa cuando lo que ocurre es lo contrario; el militante desarrolla pensamientos y acciones críticas y sistemáticas que aseguran los disensos y consensos necesarios. Una militancia orgánica asegura la construcción sólida de bases populares movilizadas, es decir, los militantes hacen una pedagogía política ejemplificadora, que anima a los individuos a convertirse en sujetos políticos para sí y dejar de pensar en utopías y enfocarse en la construcción de una nueva sociedad. Es con estos procesos que se puede asegurar la profundización democrática de un movimiento o partido aunque sus estructuras sean diferentes. Una militancia orgánica estimula la valoración de la democracia socialista que es substancialmente diferente de la democracia burguesa.
La democracia socialista defiende la diferencia, la diversidad contra un falso igualitarismo representativo. Así es posible la democratización de las dirigencias, su alternancia y continuidad en medida de la consolidación del proyecto político. Por eso la consigna permanente es por el socialismo y no por un reformismo socialdemócrata. Por un Movimiento PAIS socialista. Por el Socialismo del Buen Vivir.
