Sin excepción, todos los opositores, a medida que avanza 2016, año preelectoral, se alejan de la supuesta unidad, aunque unos conversan, plantean condiciones; otros lanzan al disimulo nombres de candidatos, como trampa, en busca de espacios que le garanticen alguna curul en la Asamblea para participar en el reparto, en el caso, de lograr entre todos los contrarios, mayoría numérica en el Parlamento. La prensa ‘independiente’ observa preocupada el proceso y alienta a la oposición, concediendo exagerada cobertura a ridículas reuniones y entrevistas a seudodirigentes de sinuosa trayectoria en la vida política y de dudosa preparación para la enorme responsabilidad de conducir la administración del Estado.
Como carecen de presidenciable único, carismático, de límpida vida política, tolerante, sentimientos nobles y vasta preparación académica, exhiben como puntos de convergencia por lograr la unidad: convenio de transparencia y control electoral; abordar lo que ellos llaman crisis económica, sin plantear soluciones; revisión del aparato jurídico y análisis de los problemas delictivos e inseguridad, cuando el gobierno de la Revolución Ciudadana desarrolla un plan referencial con óptimos resultados. En su intento por aportar a la unidad de la oposición, cada día, más fracturada; el burgomaestre, con su trilogía de aliados, agrega a los temas de ensamble: la lucha por la defensa de la democracia, la libertad, una prensa libre y derogatoria de la Ley de Comunicación. ¡Paradoja de la vida! Mientras, de otro lado, él, muy suelto, habla lo que le da la gana y acapara los medios privados para difundir, a manera de propaganda la gestión municipal, en su versión separatista.
Con las anunciadas vacaciones del líder Rafael Correa Delgado, de prestigio continental; ya ciertos politicastros declaran el fin del ‘correísmo’; se mueven desesperados por ubicarse en la contienda electoral de 2017 y sin darse cuenta se subdividen en la disputa interna por captar cupo en la elaboración de las listas de candidatos. No solo es anuncio, sino que se prevé que la campaña electoral será muy sucia y en ese sentido el Presidente sentencia: “No dejaremos ofensas sin contestar ni infamia sin denunciar; tendrán que responsabilizarse por sus declaraciones; es parte del cambio que necesita el país”. Sin apuros y secretismo, la convención de Alianza PAIS, en su momento, determinará a sus candidatos a presidente, vicepresidente y otros cargos para la contienda de 2017. Alianza PAIS no anticipa campaña, sus cuadros estructurados se movilizan permanentemente para el cumplimiento de sus tareas, de acuerdo con los postulados del socialismo siglo XXI del Buen Vivir.
El gobierno de la Revolución Ciudadana ha logrado estabilidad política; una moderna administración de justicia; atención prioritaria en salud, educación, vialidad, vivienda y seguridad social; especialmente mejoramiento de la autoestima de los ecuatorianos. Esos indicadores, entre otros, escuelas del milenio, centrales hidroeléctricas y proyectos multipropósitos exhibirán los candidatos seleccionados por Alianza PAIS, como bandera y el compromiso sagrado de defender los logros alcanzados en los 9 años del gobierno de la Revolución Ciudadana.
Alianza PAIS es una fortaleza con la égida de Rafael Correa y sus aliados. Como los contrarios diseminados se sienten derrotados, no descartan acciones de violencia callejera e intentos golpistas con el apoyo de la prensa mercantilista. Es tarea de los revolucionarios mantenerse en alerta permanente para defender las conquistas logradas, hasta terminar la gran obra socialista siglo XXI en beneficio de los más pobres de la patria y asegurar la vigencia de la auténtica democracia. (O)
