La oposición, como en el desierto, solitaria, sin líderes, con el auspicio de la prensa comercial, no da tregua en los días de la espiritualidad, encuentro familiar y devoción cristiana, e intensifica preparativos y acciones en su intentona por llegar al control de la Asamblea Constituyente. Ciertos columnistas de los medios privados faltando contados días para el inicio de 2016, año del proceso electoral y campaña, con la guía y auspicio de la bancocracia, oligarquía y capital foráneo, al disimulo, dejan entrever su firme decisión de apoyar el retorno al pasado para la recuperación de añejos privilegios y para ello no descartan fomentar sedición y el irrespeto a los valores morales.
Los maestros de periodismo, sin excepción, predican en las aulas de clase que entre las funciones de los medios de comunicación constan: informar objetivamente hechos relevantes y no conceder amplia cobertura escandalosa a sucesos insignificantes o deplorables, y predicar que los valores humanos se practican por encima de las leyes universales porque viven y se ejercitan en las personas sin distingo racial, ideológico o económico.
Discrepar es saludable y conveniente para afirmar la libertad de pensar y opinar sobre temas comunes; si de esa discusión puede surgir un acuerdo de consenso. Se ha dicho que nadie es dueño de la verdad absoluta. Hay tantas verdades, cuantas personas expresen sus versiones sobre un mismo tema. Opinar diferente no significa burlarse, injuriar o recopilar errores del adversario, como referente, sin reconocer sus aciertos y grandes obras sociales en el país.
En la actividad política, el enemigo es el terrorista, el corrupto, el traidor, el calumniador y el que pretende el poder político mediante cualquier recurso, en beneficio propio, y no el competidor que asume el liderazgo en función de gobierno, como el caso de Rafael Correa Delgado, que utiliza el mando para servir a los demás, de preferencia a los sectores mayoritarios olvidados por los regímenes anteriores. Los editorialistas de la derecha no dan tregua y ya comenzaron a adoptar posturas dentro de la anticipada campaña para el lance presidencial de 2017. Se avecinan días de duro enfrentamiento, si se considera que la oposición, aunque resquebrajada, es agresiva y demagógica, apoyada por los medios reaccionarios, entregados y decididos a defender sus intereses y negocios.
Comienzan a movilizarse los articulistas insultadores, acostumbrados a mofarse del rival y se alinean en la campaña electoral próxima, pero ahora sortean la realidad para no quebrantar las disposiciones constantes en la Ley de Comunicación. El periodismo ‘independiente’, como siempre, abre sus páginas a dirigentes fracasados y a presuntos candidatos incoloros y sin relevancia y los infla de entusiasmo para que continúen en el cuadrilátero partidista, aunque sea como estorbo.
Mientras de otro lado, los dirigentes de Alianza PAIS amplían sus contactos y organización con los sectores populares para receptar inquietudes e impartir capacitación con el fin de que entiendan el proceso de cambio del gobierno de la Revolución Ciudadana, sus proyectos y programas en marcha en provecho de todos los ecuatorianos, y no se dejen engañar por los farsantes. (O)
