En la historia universal, y en particular de Ecuador, se han destacado líderes, adornados de cualidades que consolidan su poder de mando y logran con sus palabras y ofertas, despertar la emotividad y entusiasmo de los pueblos. Unos, leales a su ideología y formación ética, obraron en beneficio de sus seguidores, de las instituciones, sociedad y la patria. Otros, se movilizaron para exhibir su vanidad, proteger y ampliar sus intereses y de sus allegados.
El líder político auténtico es consecuente con su modo de pensar, convicciones de servicio al prójimo, sentimiento humanitario, vasta preparación académica, optimismo, valentía y decidido a arriesgar su vida por alcanzar sus objetivos en provecho de los demás. Esos grandes conductores abarcan su accionar, toda una época con proyección en el futuro, dirigiendo con acierto los cambios históricos en la imparable búsqueda, entre obstáculos y dificultades, de soluciones, principalmente, a los problemas que aquejan a los sectores sociales pobres, postergados y olvidados por los gobiernos alineados en el perverso sistema neoliberal.
Con la instauración del régimen de la Revolución Ciudadana, advino, por circunstancias históricas, el liderazgo de Rafael Correa Delgado, inspirado en la justicia social, que incluía las nuevas metas de cambios profundos, principalmente en el ámbito económico-cultural, proyectados a mejorar la administración pública con afectación a los intereses de los ricos que comenzaron a presentir la pérdida del poder del dinero y de los negociantes de la política, enjaulados en la partidocracia. Y desde ese instante comenzó a armarse la agresiva oposición con el auspicio de la prensa ‘independiente’ y sus amaestrados columnistas.
La oposición se formó y sigue fraccionada con su frustrado sueño presidencial, sin posibilidades de lograr su desesperada unidad, entorpecida por los intereses y ambiciones de sus integrantes y por el fortalecimiento de Alianza PAIS y la lealtad del líder Rafael Correa en el cumplimiento de su promesa de servir a los más pobres del país, su firmeza en el mando, honradez y su inamovible decisión de avanzar hasta la consolidación del socialismo siglo XXI.
Los odiadores subdivididos no cesan de entorpecer el proceso del Buen Vivir y solo se han limitado, sin éxito, a organizar trifulcas callejeras, plantones y escaramuzas golpistas como estrategia para pretender debilitar al gran líder, sin conseguirlo, pese a que la prensa comercial sigue silenciando u ocultando la vasta obra social, educativa y de respeto a los derechos humanos, emprendida por la Revolución Ciudadana.
A manera de ejemplo, en un medio derechista, leí un inmenso titular, escandaloso, declarando persona non grata al Ministro de Defensa por un grupo de militares inactivos; mientras elude publicar algún reportaje referente a la monumental obra Parque Samanes, considerada como única en el continente, porque abarca multiplicidad de servicios, deporte, diversión, recreación y esparcimiento a sus miles y miles de visitantes.
Ya se siente una nueva descarga de odio contra el Mandatario, de ciertos articulistas, y expresiones de pánico de políticos fracasados embarcados en la oposición, por la decisión de jóvenes profesionales de fundar el colectivo ‘Rafael Contigo siempre’, con el propósito de recolectar firmas para derogar la transitoria que impide al gran líder postularse a la Presidencia en 2017. Los ecuatorianos anhelan paz, unión y trabajo. Alianza PAIS y sus aliados en alerta se movilizan para defender las conquistas logradas y sepultar la era de explotación y miseria. (O)
