Vivimos una semana inundada de nepotismo. Nos enteramos que, como “cuota política”, cientos de familiares de los poderosos de turno ostentan cargos diplomáticos alrededor del mundo. ¡Hasta nos enteramos de cuánto ganan! Pero cuidado. El nepotismo ajeno no es excusa para su estupiditismo. ¿Está listo para el cuestionario? Sea sincero, responda con la verdad las siguientes preguntas y así conseguiremos un mejor país:

1. Cuando usted lee que X es mamá de Z y que ocupa un cargo en, no sé, digamos Austria, ¿verifica que X en realidad sea la mamá de Z? Luego de hacerlo, ¿se cerciora que X tenga el cargo que el calumniador de moda asegura que ostenta? ¿Usted cree toda noticia de nepotismo que cualquier enfermo de estupiditismo escribe o usted investiga por su cuenta?

2. Si usted es de las personas serias que no cree lo que cualquier empijamado asevera y sí se aseguró que la noticia sea real, entonces, ¿le consta a usted que X está en el cargo desde que Z está en el gobierno? ¿Y qué tal si X está en el cargo desde hace 20 años, mucho antes de que su hijo Z esté en el gobierno? Antes de apabullar a sus congéneres, ¿se aseguró que las fechas de ingreso de los mancillados coincidan con la teoría nepotista?

3. Digamos que todo cuadra. X sí es la mamá de Z y obtuvo el cargo diplomático luego de que su hijo entró al gobierno. ¿Verificaron las credenciales de X? ¿Les consta que no está capacitada para ejercer el cargo? ¿Y qué tal que estudió Derecho, tiene una maestría en negocios internacionales y un doctorado en Derecho Internacional Público? ¿Es usted de los que aniquila el nombre de un ser humano porque sus especulaciones sólo alcanzan lo peor del ser humano? ¿Es usted de los que asume siempre lo peor, pero nunca lo mejor?

Como a ustedes, a mí también me apesta el nepotismo. Tengo esta extraña adicción a aceptar sólo lo merecido; jamás lo robado o lo regalado. Sí, coincido, debemos procurar un “gobierno de los mejores” y no un “gobierno de los apellidos”.

 ¿Pero saben en qué no coincidimos? En la capacidad para vilipendiar con datos desconocidos a quien no conocemos publicando su foto en redes. Especular no es un arte, es la perversidad digna de los seres minúsculos. Es simple: especula el que no tiene información. Asegura el que la tiene.

 Me uno al combate contra el nepotismo. Considérenme su aliado. Llámenme, pero eso sí, llámenme cuando hayan dejado el estupiditismo. (O)