Algunos sabios del neoliberalismo o capitalismo de rapiña están en la contraofensiva, buscando formas diversas para volver a las viejas políticas de ajustes, recomendando medidas o ‘paquetazos’ antipopulares y entreguistas, asumiendo que en el país hay una crisis y que ha sido provocada por las políticas económicas de la Revolución Ciudadana; por cierto que en sus especulaciones relegan a un segundo plano la sustancial baja del precio del petróleo. Hipócritamente, critican el ‘alto’ endeudamiento público y las ‘excesivas’ inversiones del Estado, ‘lamentan’ que no se haya ahorrado y creado ‘fondos’ de reservas y despotrican contra el gasto público. Las enmiendas los enloquecen y se entristecen porque no se le consulta al pueblo, eso les resulta intolerable, ya que son tan democráticos.
Sueñan con volver a las viejas prácticas de sus gobiernos, esto es, someterse al FMI y a los chulqueros que representa. Claro está que deliberadamente olvidan el estrago económico que provocaron con uno y otro de sus gobiernos y sus famosas cartas de intención, verdaderos planes, con base en las cuales rifaban nuestra soberanía y el petróleo, y organizaban el presupuesto en beneficio de los acreedores extranjeros y locales, que controlaban el Banco Central, Ministerio de Finanzas, Procuraduría, Superintendencia de Bancos, Contraloría y todo el aparato estatal vinculado a las políticas y transacciones financieras mafiosas, que terminaron, hay que repetirlo, hipotecando la nación, consolidando la economía especulativa, ‘sucretizando’ o asumiendo las deudas privadas, posibilitando el asalto a los depositantes medianos y pequeños, por parte de los banqueros corruptos a los que entregaron multimillonarios salvatajes, por fin, liquidando la moneda nacional y expulsando del suelo patrio a millones de ecuatorianos. A los que ahora exhiben al Ec. Alberto Dahik como un ideólogo que tiene las fórmulas salvadoras, les tenemos que recordar que el gobierno de Sixto Durán-Ballén -del cual fue su Vicepresidente- buscó privatizar el IESS, entre otros, dio toda clase de ventajas a los tenedores de bonos de la deuda externa, al punto que en diciembre 1992 expidió el Decreto Ejecutivo Nº 333, con el cual convalidó la deuda con los bancos acreedores en condiciones en que, justo en ese mes, prescribía, al haber estado impaga desde 1987; luego suscribió el Convenio de Garantía de Depósitos (Tolling Agreement) al amparo de la Ley Orgánica de Administración Financiera y Control (Loafyc) que impulsó.
Luego procedió a la renegociación en octubre de 1994 y creó los Bonos Brady, para afirmar cínicamente, después de haber renunciado a la prescripción, que ‘consiguió’ un descuento del 45%.
En esos tiempos con la Ley de ‘Modernización’ se creó el Conam (Consejo Nacional de Modernización) para buscar privatizar todo y con el Banco Mundial creó el proyecto Mosta, con el cual cuasi liquidaron el Estado, haciéndolo más inútil y corrupto, desregulando, liquidando el organismo planificador y liberalizando todo en función del gran capital y el ‘libre’ mercado, siempre dominado por las transnacionales, monopolios, oligopolios y otros pulpos financieros. En los tiempos del Ec. Dahik las tasas de interés fueron 4 veces más altas que las de la inflación y la interbancaria bordeó el 250%, también se dio el salvataje con $ 400 millones al Banco Continental, ya quebrado, ‘estatizándolo’, a pesar de su discurso privatizador.
A este festín, verdadero terrorismo o barbarie económica, nos quieren regresar los banqueros y toda la derecha, que no pueden reconocer el manejo económico-fiscal, productivo, soberano y de claro beneficio social. (O)