Mujeres en pandemia: Impacto desproporcionado, inequidad e infamia

Hola a todos, pienso que es momento que, desde todos los espacios y diariamente reconozcamos la labor que realizan las mujeres, pero por sobre todo visibilizar las condiciones que la sociedad brinda para su desarrollo. Lamentablemente no son las mejores, los datos y experiencias publicados por la Organización Panamericana de la Salud en el “Análisis de género y salud: COVID-19 en las Américas”, nos obliga a visualizar y apoyar su lucha, que es y debería ser toda la sociedad.

Dicho informe analiza datos relacionados con las desigualdades en el campo de la salud. Por ejemplo, del total de personal sanitario en el mundo, 7 de cada 10 son mujeres, 9 de cada 10 enfermeras son mujeres, y para darnos cuenta del riesgo al que están expuestas en ambientes sanitarios no hay que ser iluminados. El personal de enfermería, auxiliares y recurso humano en actividades de limpieza son los que más expuestos están a los agentes infecciosos en las unidades de salud.

Ahora bien y, por si fuera poco, las mujeres en el ámbito sanitario reciben hasta un 25% menos sueldo que los hombres a pesar de ocupar las mismas posiciones laborales, algo incomprensible y detestable. Más horas extras y mayor vulnerabilidad a episodios de violencia laboral para poner una gota más a un vaso que nunca se logra derramar.

La pandemia COVID-19 aparece y con ella se activa el detonante perfecto y atroz para ahondar los problemas en los sistemas de salud, en todos los individuos del planeta, pero en especial en las mujeres y las niñas, cuyas condiciones han empeorado en todos los ámbitos.

El papel de las mujeres en el sector de la salud como cuidadoras las expuso a un riesgo más alto de contraer COVID-19, representando ellas un 72% de todos los casos entre todos los profesionales de la salud en la región y más de 6.000 trabajadores de salud murieron debido a la COVID-19 según los reportes de los ministerios de salud de América Latina. “Si hubieran estado mejor protegidas desde el principio y con turnos razonables, muchas infecciones podrían haberse evitado” afirma la directora de la OPS, Carissa F. Etienne

El impacto de la pandemia ha tenido repercusión en el estado de salud de las mujeres. Los hombres tenemos más riesgo de morir es cierto, pero ellas tuvieron más probabilidades de ser diagnosticadas más tarde que nosotros. Además, luego del diagnóstico ellas murieron más temprano, algo que llama la atención y, por tanto, es posible que exista un mayor número de mujeres que no recibieron la atención adecuada y oportuna. Mujeres y adolescentes se vieron afectadas y violentadas en sus derechos, en el acceso a planificación familiar es un ejemplo cruel, porque profundiza la crisis de embarazos no deseados, abandono escolar y empeoramiento de su condición de salud y pobreza.

Las profesionales de salud también son víctimas eternas de violencia y acoso en hospitales y centros de formación, lo he vivido de cerca, he tenido que soportar las lágrimas de mis colegas indefensas por la injusticia y débiles nosotros por supuesto, inmersos en una complicidad aterradora por miedo a las represalias, por juventud quizás, por una ignorancia profunda y dolorosa que cuesta y duele.

Los hombres estamos en constante aprendizaje, hemos sido educados o mal educados mejor dicho en un ambiente misógino pero muy cómodo para nosotros. Es tiempo de cambiar la realidad, es tiempo de que apoyemos sus batallas y combatamos sus miedos…

Hay mucho por trabajar y algunos expertos señalan que se ha avanzado en varios aspectos de equidad e igualdad, probablemente sí, pero con los datos presentados que son actuales, resulta imposible retroceder. Es indispensable que se inicie la institucionalización de las políticas para erradicar la violencia y promulgar la igualdad en todos los entornos para favorecer el desarrollo de las mujeres.

“… la desigualdad de género es una crisis social, económica, política y sanitaria permanente, que se ha visto exacerbada por la pandemia” … “Pero también pone de manifiesto dónde tenemos que trabajar más para crear un futuro más equitativo, resistente y sostenible”.

Carissa F. Etienne, directora de la OPS,

Hasta pronto

Daniel