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El Telégrafo
Maximiliano Pedranzini. Ensayista argentino

Meditaciones hobbesianas sobre Venezuela (1)

22 de mayo de 2018 - 00:00

En el epílogo de las elecciones presidenciales en Venezuela -que han sido decisivas para conocer cuál y cómo será el destino del país caribeño-, seremos completa, pero necesariamente, imprudentes. Tanto que muchos odiarán cada una de estas palabras, de estos conceptos vertidos en estas páginas. Porque nos metemos con un tema complejo, espinoso, peliagudo. Difícil de sondear o dilucidar sin caer en contradicciones de lo que se dice (de un lado y del otro) y lo que nos muestra la realidad. La cruda y más visceral de las realidades de nuestra región.

Tallaremos en la roca viva de la trama venezolana meditaciones sobre el papel del Estado bajo la impronta de uno de los filósofos más notables que ha tratado esta cuestión: el inglés Thomas Hobbes, quien la puso en perspectiva en el Ecuador del siglo XVII, con su célebre obra Leviatán o la invención moderna de la razón (1651). Pues, volver a Hobbes es volver a pensar el rol del Estado.

Su naturaleza y comportamiento a la luz del devenir humano en la sociedad. Impredecible. Intempestivo. Inabordable. Y estas meditaciones se vuelven más imprudentes porque las realizamos en las horas más difíciles que atraviesa el pueblo -y el proyecto bolivariano- de este entrañable país que es la República Bolivariana de Venezuela, en la obertura de una segunda década de “socialismo del siglo XXI”, que cada día está sonando con desafinada cadencia y angustiante opacidad. Ahora, demos comienzo a nuestras meditaciones hobbsianas.

El Estado capitalista está representado con la figura milenaria e imponente del Leviatán. Ese vértice supremo al que los individuos le entregan parte de su libertad a cambio de defenderlos. Pero defenderlos, ¿de qué? La pregunta no es “de qué”, sino “de quién”. Y la respuesta es relativamente sencilla: de sí mismos, para no matarse entre sí, y cuyo precio es la dominación. Un precio que muchos están dispuestos a pagar si lo que se quiere es evitar la muerte. Nos educan para pagarlo y para que no parezca como un trámite de índole comercial. Nos educan para naturalizar esta práctica.

El sociólogo francés Pierre Bourdieu lo llama “habitus”, y no se equivoca en la definición (Cfr. Pierre Bourdieu, Sociología y cultura, Grijalbo, México, 1990, p. 144). Evitar la muerte. De eso se trata. En esto abreva la fundamentación que hace Hobbes sobre el Estado moderno. Sobre ese mediador que es el Leviatán. (O)

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