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El Telégrafo
Duglas Rangel

La maestría de Anita

15 de enero de 2019 - 00:00

Qué fea es la mentira en una mujer hermosa. La mentira en boca de una mentirosa es más mentira. “No miento” dice Anita. Entonces la lengua se le arranca de su boca y se siembra en otras serpientes y vacíos. Juzgaba, censuraba, acusaba, perseguía y ahora; acusada, denunciada, enfrentada a la verdad. La ironía es la madre de todas nuestras tragedias. La mentira pone máscaras a los falsos valores. Qué alta que eres Anita, qué falso valor también.

Todo mi respaldo y solidaridad a Lenín Rodríguez quien denunció ante el país un nuevo caso de corrupción señalando a una asambleísta para quien laboraba como asesor, de cobrar diezmos a favor de ella y de su esposo. Una caricaturista la dibujó acusando y ahora ella acusada de lo mismo. Es Torquemada quemado en la hoguera mintiendo por las endiabladas. Anita mentira; sus palabras mentiras. Sus discursos mentiras. Su sombra mentiras.  

En su momento la mentira de Anita llegó a acusar a empresarios honestos y serios. Personas de bien que generan trabajo y riqueza. Los quiso afectar en su honra. Ahora tiene que enfrentar una denuncia penal presentada en Fiscalía donde se va a comprobar el uso de la tarjeta magnética de ingreso a las instalaciones a la Asamblea, el depósito del dinero de los sueldos cobrados, el uso del teléfono celular de la asesora que nunca laboró en la Asamblea y cobraba un sueldo.

La batalla en la democracia es por la verdad. ¡Qué crueldad hacer trabajar a alguien y descontarle medio sueldo!  Poner en la nómina a alguien y ¡cobrar todo su sueldo! La asambleísta  acusada debe pedir licencia indefinida mientras Fiscalía y la Asamblea determinan la magnitud de las acusaciones: Eso es ahora.  

“Me vi en la obligación incluso de elaborar, los trabajos y deberes para la maestría que la asambleísta estaba cursando, a más de cumplir mi trabajo a cabalidad se me encomendó esta tarea en beneficio personal de la asambleísta. A pesar de que ella estaba consciente de que ese no era mi trabajo y mi sueldo era pagado por el pueblo ecuatoriano, ella me ordenaba hacer esas tareas universitarias en beneficio personal, a pesar del abuso cometido tuve que acceder a hacerlo porque ella me amenazaba con removerme del cargo”. Denuncia en Fiscalía suscrita por Lenín Rodríguez. (O)

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