El papa Francisco ha difundido un potente discurso moral y político, en su calidad de sumo pontífice de la Iglesia Católica, referenciada en el Dios universal. Los contenidos, compartidos mediante twitter, tienen unidad conceptual y dibujan el mapa mundial del poder integrado por países poderosos, gobiernos, políticos, grupos financieros, laboratorios de vacunas, corporaciones alimentarias, mineras, forestales, inmobiliarias, de agro negocios, fabricantes de armas, gigantes de telecomunicaciones, tecnología y medios de comunicación.
El papa conmina a los poderes globales desmesurados y sordos, a corregir: Pide a los gobiernos y los políticos no escuchar solo a las elites y servir al pueblo que clama vida en armonía con la humanidad y la creación. A los países poderosos que cesen los bloqueos contra otros países. A los grupos financieros y a los organismos internacionales de crédito que condonen las deudas de los países pobres y permitan garantizar las necesidades básicas de la gente. A los fabricantes de armas que terminen totalmente su producción, porque promueve violencia y guerra; a los laboratorios que liberen las patentes de las vacunas, a las corporaciones alimentarias que dejen de imponer su monopolio, y los grupos mineros que cesen la destrucción de la naturaleza.
Se dirige especialmente al sistema de comunicación, pide que liberen en internet el acceso a los contenidos para la educación de los niños y que las corporaciones de la tecnología dejen de explotar la fragilidad humana para obtener ganancias. Añade: “A los medios de comunicación, pido que terminen con la lógica de la post - verdad, la desinformación, la difamación, la calumnia y esa fascinación enfermiza por el escándalo y lo sucio, y que busquen contribuir a la fraternidad humana”.
El Espíritu nos pide, dice el papa, que lo escuchemos y tratemos de entender los desafíos y cambios que nos pone por delante: “No insonoricemos el corazón. Escuchémonos”. Es necesario, superar la lógica del mercado y afianzar la lógica de la solidaridad.
Maravillosas palabras del papa. Buena radiografía de la crisis humana. Es deseable también, que el “pueblo” y la sociedad toda, agencie su propio destino, forje conciencia, deje de idolatrar al dinero, recobre el horizonte del amor social, se maraville ante la belleza y la creación y se aleje de toda forma de enajenación y violencia.
