Los médicos cubanos están bien preparados para el ejercicio de su profesión, pero -además- cultivan valores como el de la solidaridad para servir en los sitios más difíciles. Estos profesionales comenzaron a servir en emergencias sanitarias en diversos países africanos y latinoamericanos, o se quedaron atendiendo en localidades en donde nunca lo habían hecho los médicos nacionales.
En América Latina y el Caribe hay varios ejemplos. Belice solicitó en la década de los 90 a Estados Unidos, a otros países centroamericanos y a México, que formaran sin mayores costos a sus pocos nuevos especialistas, pero no recibió respuesta favorable, hasta que recurrió a Cuba, que no solo los recibió para formarlos sino que envió para su reemplazo a unas cuantas decenas de especialistas.
Venezuela recibió a centenares de médicos cubanos que llegaron a los programas ‘Barrio Adentro’, a donde nunca habían ido los médicos venezolanos porque, además de ser ‘barrios peligrosos’, ni siquiera disponían de escuelas o centros de salud, peor hospitales. Muchos otros países se beneficiaron con estos profesionales, cuyos privilegiados con las mejores notas, cuando deben seleccionar los sitios de trabajo, siempre escogen los destinos más difíciles y alejados.
Cuba creó, además, la Escuela Latinoamericana de Medicina, en la que forma, luego de un riguroso sistema de selección para que sean los originarios de las áreas pobres y segregadas los primeros, a cientos de nuevos médicos, muchos de Ecuador (varios de los cuales resultaron los mejores estudiantes), pagándoles todos sus estudios y manutención como becarios.
En Ecuador, los primeros en seleccionar los sitios para el servicio rural de los profesionales de salud, siempre escogen primero los sitios más cercanos y confortables, mientras los pueblos más difíciles y alejados se quedan sin ellos. Incluso los hospitales de varias capitales provinciales, por ejemplo de la Amazonía, no cuentan con especialistas, pues ellos no quieren ir a vivir allí, ni siquiera por pocos años o meses.
Los médicos cubanos, muchos con especialidades, entre ellas la Medicina Familiar, son formados en un sistema de salud que respeta la APS y los niveles ambulatorios y hospitalarios (con referencia y contrarreferencia, por lo tanto sin que el hospital reciba a los pacientes directamente, como lamentablemente sucede aquí). Bienvenidos los médicos cubanos si van a los sitios a los que los nuestros no quieren ir.
Bienvenido este extraordinario producto de exportación, solidario y científico.
