El gobierno de Macri ha dictado medidas económicas que van en línea con su corriente ideológica (derecha) que promueve una economía de mercado, anticipadas en su campaña. No hay que extrañarse del proceso de liberalización, reducción del tamaño del Estado y acciones para volver al mercado internacional de capitales. Está aprovechando el timing político dada su popularidad.
En efecto, en el primer mes de su mandato, eliminó parcialmente el control de cambios, estableciendo una flotación limpia del dólar, que pasó el 10 de diciembre del año pasado de 9.8 a 13.9 pesos por dólar. Al 23 de marzo, el dólar alcanzó 14.4 pesos, una depreciación cercana al 50%. Pero continúan las restricciones en la venta de divisas por el BCRA, pues se podrá comprar hasta 2.000 dólares mensualmente. En cuanto al ingreso de capitales, se redujo el requisito de permanencia de 120 días y se eliminó el depósito del 30% por un año. Se liberalizó la entrada y salida de capitales. Los dólares de exportaciones se seguirán liquidando en el BCRA. Este shock generó un aumento de las expectativas de inflación. Se estima que esta es de 2 dígitos y alcanza el 30%. Por ello el gobierno continuará con el pacto de precios con fabricantes para frenar la inflación generada por la liberalización cambiaria.
Se eliminaron los impuestos (retenciones) a las exportaciones agrícolas, excepto a la soya, que se redujo de 35% al 30%. El principal producto agrícola de exportación en grano es la soya, pero también procesado, en aceite y harina, siendo el principal exportador mundial de esta; le siguen maíz, trigo, etc. Macri impulsa un acuerdo comercial con la UE y otras zonas de libre comercio, afectando al Mercosur. Para seguir recibiendo ingresos tributarios del sector agrícola solo bajó el impuesto a la soya en 5%, lo que permite mantener una fuente segura de recursos impositivos. Aumentó la tasa de interés y declaró la emergencia energética, subiendo las tarifas de luz y se espera aumentos del gas y el agua. Hay un drástico recorte de personal en el sector público que se estima en 60.000 despedidos.
También en base a la división del peronismo, logró aprobar la firma de un acuerdo para pagar a los fondos buitres, que es un requisito para volver al mercado internacional de capitales para aumentar las RMI, sostener el tipo de cambio y financiar el presupuesto.
En lo político, Macri dictó decreto eliminando el ente de control antimonopólico de medios, creó la Nacional de Telecomunicaciones, y se liberalizó la telefonía, internet y TV, con lo cual implícitamente se elimina la Ley de Medios, que obligaba a vender algunos negocios para desconcentrar la TV por cable, beneficiando al grupo Clarín.
En síntesis, se busca reducir el atraso cambiario, incentivar exportaciones, mayor interés para frenar consumo e importaciones, menor déficit fiscal, recortar el tamaño del Estado y volver al mercado internacional de capitales.
Está claro a quiénes favorecen y a quiénes perjudican las medidas. Los 100 días coinciden con la visita de Obama y casi con el inicio de los 40 años de dictadura. (O)
