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El Telégrafo

Litiasis biliar, colelitiasis o cálculos en la vesícula biliar

25 de octubre de 2011 - 00:00

¿Qué es la litiasis biliar o colelitiasis? La litiasis biliar es una patología del aparato digestivo bastante frecuente, caracterizada por la formación de cálculos en la vesícula biliar.

La vesícula y las vías biliares cumplen la función de conducción, almacenamiento y liberación de la bilis al duodeno durante la digestión. La vesícula concentra la bilis absorbiendo agua Se habla de “barro” biliar cuando se trata del acúmulo de pequeños cálculos de menos de 2 mm de diámetro.

Hay dos tipos de litiasis biliar:

Litiasis de colesterol: supone el 75 por ciento de las litiasis biliares entre nosotros.

Litiasis pigmentaria: supone el 25 por ciento restante.

¿Por qué se forman los cálculos biliares? Los cálculos biliares de colesterol se forman por alteración en el metabolismo de los ácidos biliares y del colesterol, mientras que los pigmentarios por anomalía del metabolismo de la bilirrubina. 

Entre los factores asociados a un mayor riesgo de producción tenemos:

Cálculos de colesterol: son más frecuentes en personas mayores de  40 años, en las mujeres, en las que se incrementa el riesgo al aumentar el número de embarazos, personas obesas o que padecen algunas enfermedades del tubo digestivo, como cirrosis, infección de vías biliares, enfermedad de Crohn y diabetes. Tratamientos con anticonceptivos orales o los hormonales.

Cálculos pigmentarios: generalmente asociados a enfermedades hemolíticas (en las que los glóbulos rojos de la sangre se destruyen con mayor velocidad de lo normal), cirrosis e infecciones biliares, o infección por parásitos de las vías biliares.

En ocasiones los pacientes refieren síntomas inespecíficos, englobados dentro del síndrome dispéptico, pero solo en el 8% de ellos se objetiva litiasis biliar. Ante esta sintomatología es necesario investigar otras enfermedades (colon irritable, reflujo gastroesofágico, ulcus péptico, etc.) que la puedan ocasionar, teniendo en cuenta la coexistencia de ambos procesos, ya que podría ocurrir que la colecistectomía no resolviese la dispepsia.

El diagnóstico se realiza a través de la ecografía abdominal que tiene un 95% de sensibilidad y la colangiopancreatografia retrógrada (ERCP) es el mejor método diagnóstico con una sensibilidad y especificidad del 95%, permitiendo -además- procedimientos terapéuticos durante su realización.

Su tratamiento es quirúrgico. En la actualidad se realiza la colecistectomía laparoscópica con preferencia a la abierta  y a la minicolecistectomia  (variante quirúrgica de la anterior).

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