Qué casualidad: mientras Ecuador asume responsabilidades históricas e inicia juicios por casos -conocidos y públicos- de lesa humanidad, otros actores políticos imputan la misma figura a quienes han sido víctimas de aquello o a quienes han dado paso a esos juicios, tras 30 años de ‘olvido’.
La intención está clara, por ejemplo con el presidente Rafael Correa: ¿deja la presidencia, sale a dar una conferencia en alguna parte del mundo y estos actores políticos, con el apoyo de todo el aparato político, jurídico y mediático de la derecha mundial, impulsan su detención bajo esa figura?
¿Por qué digo esto? Hay ‘periodistas’ extranjeros (aliados con dirigentes políticos de acá y con algunos periodistas de bolsillo) creando páginas web donde colocan supuestos documentos y pruebas ‘de todo tipo’. Y, por supuesto, desde acá hay resonancias que se expresan en algunos discursos, tuits y editoriales, aparentemente independientes, legitimando esas barbaridades.
Eso revela la estrategia de la extrema derecha mundial y local cuando acuerdan con ‘inocentes’ actores políticos financiamientos externos y la creación de agencias de noticias afincadas en Panamá. Han dicho, sobre todo un supuesto periodista colombiano que hace con febril esfuerzo toda clase de acusaciones, que esas web documentarán todo lo que en Ecuador no se puede denunciar. Y por eso los abogados agenciosos (¿por sinónimo de agentes?) preparan demandas cuando llegue ‘su oportuno momento’, como escribe ese supuesto periodista colombiano, acusándome de delitos de lesa humanidad, con una cadena de acólitos locales.
Lo de fondo es la venganza orquestada desde aquellos ‘afectados’ por la ley, la Constitución y la memoria histórica. La impunidad de la que gozaron todo el tiempo parecía infinita. Y por eso asumen ahora, desde la culpa, la contraofensiva con todo el dinero y recursos. Pero con algo más: con una alianza con quienes se han declarado ahora progresistas, ecologistas, ambientalistas, libertarios y adoptan agendas de la izquierda, cuando en aquellos años de terror apoyaban la represión, dizque a favor de la ‘paz’ y la democracia liberal.
Esa venganza solo obedece a la condición autoritaria, fascista y totalitaria de quienes se disfrazan de demócratas con el único objetivo de que reine el capital, los poderes financieros y las corporaciones transnacionales. ¿Por eso hay una petrolera encabezando varias campañas de desprestigio y financiando algunas tareas, del modo más camuflado, a algunos actores políticos y mediáticos?
El comportamiento político de esos actores (algunos ejerciendo funciones de periodistas en ciertos medios) explica quién está detrás y su enorme coincidencia ideológica y programática. En ese comportamiento no quedan exentas algunas ONG con agendas explícitamente foráneas y en plena sintonía con la de ciertos organismos internacionales que sustenten y luego apoyen las acciones judiciales para perseguir a los ahora supuestos perpetradores de delitos de lesa humanidad.
