Un relato político debe ser consistente a lo largo del tiempo y adaptable a las circunstancias que van surgiendo, pero sin perder su esencia. Esta acción no es sencilla pero es crucial. Los relatos gubernamentales son una herramienta de comunicación política que permiten construir una novela en torno al poder, con personajes que asumen roles y responsabilidades determinados.
La “escenificación del liderazgo” es un ingrediente que se logra a partir de la repetición de ciertas claves que van delineando las formas de comunicar de un político. Frases, palabras, colores, vestimenta, lugares, instituciones, logros y momentos que refuercen una historia compartida.
Los relatos de gobierno deben usar un lenguaje aspiracional que permita a los ciudadanos visualizar cómo cambiarán sus vidas y la sociedad en la que viven. Si la visión ofrecida en el relato de gobierno se concreta, el discurso toma mayor fuerza. Por ello la recurrencia a mitos es fundamental. Las historias o eventos reales como imaginarios, iluminan valores clave de una sociedad o grupo. Sus explicaciones, culturalmente compartidas, actúan como puntos de referencia y cohesionan a los grupos.
El empleo de símbolos como estrategia para comunicar significados, es frecuente en los relatos de gobierno por su capacidad para despertar emociones. Su utilización en la comunicación gubernamental permite desactivar razonamientos críticos y transmitir conceptos de manera simple.
Los relatos constituyen descubrimientos, sobre los que se asientan acciones con contenido simbólico y simplificador. Permiten a los ciudadanos integrar un colectivo social y obtener beneficios de una identidad social positiva. En ese sentido, los relatos dan “certidumbres”, actuando como ansiolíticos sociales, lo que permite a una administración blindarse de los dardos y contrarrelatos lanzados por sus opositores.
En el Ecuador, la comunicación del Gobierno a través de redes sociales y por medio de la participación de algunas figuras en medios, no llega a ser suficiente para la construcción de un relato sólido. Las acciones concretas en la que un mandatario se dirige a los ciudadanos para explicar las decisiones tomadas o que su gobierno piensa tomar siguen siendo irremplazables.
A parte del uso que un presidente pueda dar a sus plataformas sociales, es importante que la ciudadanía escuche sus argumentos. Se trata de que tanto seguidores como opositores cuenten con información clara que permita entender el rumbo por el que se dirige un gobierno y con ello, debatir las intenciones y resultados de sus acciones.
La dramática situación que atraviesa el país exige acciones rápidas. En ese escenario, el actual Presidente debe convencer a los ciudadanos de que ciertos cambios en materia de empleo, seguridad social, solidaridad, temas de género, respeto a la naturaleza, entre otros, son impostergables en el mediano plazo. Ello requiere una adecuada explicación sobre las decisiones a tomar.
Es importante en ese sentido, llegar a un entendimiento que permita implementar cambios, primero en la mente de los ciudadanos. La política democrática, exitosa y sostenible pasa, más que por la voluntad, por movilizar al ciudadano alrededor de nuevos conceptos destinados a generar nuevas actitudes. Ese es el reto del Presidente Lasso y del Gobierno actual.
Desde el Gobierno, no se podrá romper estructuras establecidas si no se construye un relato sólido que le permita un acercamiento con los diferentes sectores del país, algunos incluso, que le apuestan a su fracaso.
