El reto que tienen los gobiernos centrales, municipales y provinciales frente a la informalidad de los “emprendedores- microempresarios-ambulantes” no es la represión a palos, al contrario, el desafío está en buscar los mecanismos para integrarlos a la producción y generar las estadísticas de este sector fundamental de la economía solidaria.

Debemos homologar lo bueno que hacen los municipios en España legalizando a este sector, censándolo, agremiándolo, organizándolo, para que trabaje en “ferias itinerantes”, segmentadas por comercios, servicios y alimentos rápidos, en cada ciudad o población por barrios, un día por lugar, ocupando así la semana (7:00 a 14:00), como instrumento de creación de fuentes de trabajo creativas.

Además, le brindan capacitaciones, para administrar mejor sus negocios, atención al cliente y cumplimiento tributario, etc., ahorrando costos fijos de locales, reemplazándolos  por costos de movilización, que son más baratos.

Resulta edificante cuando hay sinergia de gestión, observar cómo las cuadrillas de limpieza, del Municipio y la Policía trabajan en conjunto, garantizando la seguridad a los clientes y proveedores. Después el sitio queda completamente aseado a las 16:00, los grandes ganadores son la ciudadanía y los “emprendedores-microempresarios-ambulantes”, dejando de ser abusados, convirtiéndose esta actividad en un modelo de negocio legal, que proporciona beneficios a clientes de menores recursos económicos.

Con sorpresa, observamos a personas de estratos sociales más altos, que también aprovechan los precios bajos de las ferias, por ser un canal eficaz de ventas de productos de marcas blancas.

Además, se requiere coordinar con los ministerios de Turismo y Educación para la asignación de puntos de ventas en las zonas regeneradas, para la atención a los turistas y ventas de alimentos en escuelas, colegios, universidades y oficinas públicas.

Es necesario crear  planes de previsión en salud y jubilación para estos trabajadores autónomos y transformar al subempleo que generan en empleo digno, para evitar la explotación laboral, para que todos accedan a los créditos para vivienda, capital de trabajo y activos fijos, liberándolos así de los usureros.

Requerimos más creatividad para ayudar a estos héroes anónimos que solo buscan resolver su desempleo e inventan su propio trabajo.