Si los ciudadanos no tienen conciencia de la situación en que se encuentran con los diversos aspectos y niveles sobre el vivir, no pueden alcanzar y disfrutar el Buen Vivir y los superiores niveles trascendentales y sus insatisfacciones pueden llevarlo a múltiples adicciones, entre ellas a las drogas.
El Buen Vivir es vivir con alegría en relación con uno mismo, los demás y la naturaleza. Es tener un sano orgullo de lo que se es, se tiene y admira. En términos generales con diferentes expresiones, se coincide con diversos pensadores sobre los niveles y aspectos de la realización humana. Para Abrahán Maslow su escala o pirámide de jerarquía de necesidades comprende cinco niveles. La idea básica es que, si no se atienden o satisfacen las necesidades inferiores no se pueden satisfacer las superiores. Según la pirámide de Maslow, tenemos primero: las necesidades básicas y en ellas encontramos las fisiológicas para mantener la supervivencia: necesidad de respirar, beber y alimentarse; de dormir (descansar) y eliminar los desechos corporales; de evitar el dolor y tener relaciones sexuales; y la de mantener la temperatura corporal, en un ambiente cálido o con vestimenta. Segundo, las necesidades de seguridad y protección: (seguridad física y de salud; de proteger sus bienes; de vivienda). Tercera: Necesidades sociales: (Están en función de la amistad y de la aceptación social). Cuarta: Necesidades de estima: (“Concierne a la necesidad del respeto a uno mismo, e incluye sentimientos tales como confianza, competencia, maestría, logros, independencia y libertad”). Quinta, la autorrealización; implica la necesidad de ser: “Es la necesidad psicológica más elevada del ser humano, se halla en la cima de las jerarquías y es a través de su satisfacción que se encuentra una justificación o un sentido válido a la vida mediante el desarrollo potencial de una actividad”. Para la Programación Neurolingüística (PNL), con los aportes de Robert Nilts, encontramos cinco niveles lógicos. El primer nivel es el entorno (el dónde y el cuándo). Está formado por el lugar y las personas con las que estamos, con sus comodidades y seguridades. El segundo nivel es el Comportamiento (el qué). Las acciones que hacemos. El tercer nivel es la capacidad (el cómo). Implica habilidades y la estrategia de trabajo. El cuarto nivel es el de las creencias y los valores (el porqué). Es lo que consideramos importante y la razón por la cual actuamos que se expresa en la visión y la misión. El quinto nivel es el de la identidad (el quién). “En el aspecto individual, la identidad es el sentido de ti mismo, las creencias y los valores que definen quien eres y cuál es tu misión en la vida”. Para Ángelo Druda existen tres grados o “niveles, que podrás emprender en función del tiempo y la energía de que dispongas, y de las necesidades de salud concretas”. El tercer grado “es lo que los taoístas denominan el ‘correcto vivir’, que no incluye solo la dieta y el ejercicio, sino la totalidad de la vida... de que todo lo que rodea a los seres humanos -nuestras emociones, nuestras relaciones y nuestra actitud- afecta a nuestra salud”… “La persona de segundo grado realiza todas las prácticas básicas del tercer grado, pero va más allá y aprende a ejercitar las energías sutiles de las que nuestra vida depende” …”El ser de primer grado no se siente alterado por el cuerpo y su destino, y puede hacer esfuerzos en su nombre o no hacerlos. Estos seres solo conocen el resplandor y se dice que son completamente libres”. ¿En cuál nivel nos encontramos? Debemos asumir nuestra responsabilidad, superando los bloqueos, el estancamiento, el temor, la pena y la ira.
