En la mayoría de los países el problema principal que abarca la mayor cantidad de las comunidades gira alrededor de las drogas, que va desde el microtráfico, la población detenida por diversos delitos sobre las drogas hasta llegar al lavado nacional y transnacional de activos provenientes del negocio de las drogas. Es un grave problema mundial, una grave epidemia social, de efectos devastadores en todas las edades y que requiere acciones firmes, valientes y justas de parte de las autoridades que les toca enfrentar y juzgar esos delitos de lesa humanidad.
El problema de las adicciones y el consumo de las drogas contribuye a la destrucción de las personas en todos los aspectos: físicos, emocionales, intelectuales, espirituales, económicos, sociales y laborales. Los jueces y el personal de apoyo para investigar, evaluar y juzgar los delitos sobre las drogas deben ser especializados, con profundos conocimientos sobre la naturaleza humana en los diversos delitos sobre las drogas y mucha solvencia ética y moral para no dejarse corromper por quienes se encuentran involucrados en esos delitos que tienen efectos destructivos en quienes consumen las diversas drogas.
Frente a la falta de estudios actuales merece recordar, reconocer y retomar en la actualidad los aportes del Dr. Julio Endara en el Ecuador en el campo de la criminología. En 1926 fue profesor de la cátedra de Psiquiatría en la Facultad de Medicina de la Universidad Central. En 1936 crea el Instituto de Criminología en la Facultad de Jurisprudencia de la Universidad Central y -lo más importante- creó su órgano de comunicación: los Archivos de Criminología, Neuropsiquiatría y Disciplinas Conexas donde, como un adelantado a la época, durante más de cuatro décadas se publicaron los más profundos estudios de la personalidad criminal de parte de investigadores y especialistas nacionales y de nivel mundial.
Lamentablemente nunca antes ni después del Dr. Julio Endara ha tenido tanto prestigio científico mundial una revista ecuatoriana como los Archivos de Criminología. Es urgente en la actualidad retomar ese camino para que los mejores investigadores y profesionales aporten a los demás colegas sobre la criminología y, en especial, sobre la drogadicción.
Los cambios en la actualidad en el sistema de justicia ecuatoriano son importantes. Es notorio e importante el mejoramiento de la infraestructura, en los sueldos de los jueces, en el sistema de admisión, la cantidad de funcionarios que han ingresado para proporcionar servicios e incluso en el cambio del Código Penal. El reto pendiente se encuentra en el cambio paradigmático en la formación de los nuevos abogados y en la nueva visión y misión de los mismos. La formación ética y la moral para las sabias deliberaciones y acciones al servicio de la justicia es una aspiración de las sociedades que debe ser cultivada permanentemente, como regar permanente a una valiosa planta para que no se marchite y muera. La práctica de la justica en general y de la drogadicción en especial requiere abogados y profesionales estudiosos, expertos, honrados y justos que contribuyan al Buen Vivir.
Al igual que el filósofo Diógenes, discípulo de Sócrates, en la ciudad de Atenas, hace varios miles de años, en plena luz del día encendía un candil diciendo: “Voy buscando un hombre”, en la actualidad en el Ecuador y en muchas partes del mundo, todavía hay que invertir mucho tiempo para encontrar un abogado honrado que ni se venda ni se deje comprar. Faltan abogados que sigan los ejemples de Abraham Lincoln, Mahatma Gandhi, Fidel Castro Ruz, Alfredo Pérez Guerrero, Alfonso Quijano Cobos, José Gómez Izquierdo y Ramiro Larrea Santos para que la justicia deje de ser ciega.
