La frase no se atribuye a alguien en especial. Ha sido y es dicha por mucho activista LGBTI en el mundo y por quienes están comprometidos con la causa. Pero en Ecuador, esta vez tiene una particularidad, pues fue mencionado por la secretaria de Derechos Humanos, Bernarda Ordóñez, durante una entrevista tras una reunión con activistas de organizaciones de las diversidades LGBTI.
Durante la campaña de balotaje, se pidió al hoy presidente Guillermo Lasso verbalizar el tema de los derechos de poblaciones LGBTI. La omisión del tema en su campaña de primer turno se lo calificó de descuido, por parte de Lasso. Oportunamente se lo abordó luego; y aunque fue recibido con cierta desconfianza, hoy genera expectativa y en muchos hasta esperanza.
Corresponde ahora a quienes son autoridad, convertir sus ofertas en política pública. Y lo dicho es ejemplar, pues no había sido formulado antes por una autoridad nacional. Y ese es el reto: pasar de la oferta electoral a lidiar con un sistema que arrastra décadas de prejuicios. El encuentro con la Secretaria Ordóñez y el Secretario de Planifica Ecuador, Jairón Merchán, dio apertura y compromiso a temas como: la transversalización del enfoque de derechos LGBTI en el Plan Nacional de Desarrollo del gobierno. Para esto se necesitan datos y el Instituto de Estadísticas y Censos será clave con el Censo de Población pendiente, que incorporaría cifras sobre realidades LGBTI actualizadas.
También, el Registro de Violencia de Género establecido por Ley, que incorpore el factor LGBTI. Además, el mandatario había ofrecido en campaña establecer una política educativa de sensibilización contra las LGBTIfobias en el bachillerato y eso sería histórico e importantísimo hacerlo. También trabajar en los prejuicios laborales, capacitar a la fuerza pública para atender delitos de odio contra diversidades sexo-genéricas.
Hay más temas a seguir tratando. Pero con atender esta agenda en 20 años, tendríamos un país con menores índices de discriminación, igualdad de oportunidades y menos pérdidas humanas y económicas por la homo-transfobia.
