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El Telégrafo

La austeridad es lucha por la libertad

26 de junio de 2012 - 00:00

Confieso que siento una particular atracción por Pepe Mujica, el presidente de Uruguay, mas no por su cargo y menos aún por ser ex guerrillero, ni siquiera por el personaje que es. Más bien lo que me atrae es su condición humana.

De su gestión sé que al tercer año de seis, aún goza del 51,7% de favorabilidad -según la consultora Data Media- y que su popularidad ronda el 58%. Los uruguayos se quejan de la educación y de la seguridad más que del empleo.

Como colombiana, la palabra guerrilla me aterra, pero no puedo asociarla con la tupamara de los 60 en Uruguay, pues para ellos eran épocas de dictadura, lo que sí vi fue un video en que Pepe Mujica dice que tomar las armas solamente se puede justificar “si pierdes un margen mínimo de libertad para humanizarte y luchar por lo que piensas”. Yo no estaba ahí para saber si eso fue así, pero los que lo votaron sí.

Me gusta el viejo sabio campesino, sobreviviente de muchas guerras y de muchas penas, que ha sabido salir airoso con las carachas que deja la vida, pero sin destilar odio.

Según dice, no permitió que el pasado se hiciera dueño de su presente y hoy es un hombre de conciliaciones, que sabe que no se puede pasar la aplanadora a todo lo que pase por delante porque los viajes son más cortos cuando se hacen por el camino largo. 

Lo he seguido desde antes de ser presidente gracias a mi amiga Alicia, que como buena uruguaya y zurda, siempre se ha esforzado porque me sacuda lo “yanqui” tan propio del Caribe. Tranquila, ahora vivo en Ecuador y acá, lejos de Uribe, convivo con otras realidades. 

De él he aprendido que la libertad radica en la austeridad con que se vive, o como él mismo lo dice, la austeridad es luchar por la libertad y los que la pierden son los que se dejan enganchar por la sociedad consumista, porque cuando uno compra algo no lo compra con la plata, lo compra con el tiempo de su vida que gastó para hacerla. 

Esto no es ideología, es sentido común. Pepe ve la libertad en términos de poder tener tiempo libre para hacer con él lo que a uno se le “canta” y él no juzga lo que los demás hacen con el suyo, pero tiene claro que cuando uno tiene que salir a buscar la “chaucha”, la plata para los gastos materiales, es un hombre o una mujer sometido a la ley de la necesidad. No se ve a sí mismo con mentalidad de cartujo, monacal, solo piensa que es austero para tener la mayor cantidad de tiempo posible para dedicarlo a lo que le gusta, y eso es bien diferente.

Por esto y por más, aprendo cada día que en la vida hay que darle valor a lo que realmente lo tiene.

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