Celebraremos este Inti Raymi el 22 de junio de 2021. Los incas eran como los españoles y como antes habían sido los romanos: se tragaban vivas las culturas de los pueblos invadidos. Las festividades solares han existido en los Andes desde hace muchos siglos, mucho antes de los incas. Como atestiguan el inca Garcilaso de la Vega y otros cronistas, la lengua quechua o quichua era anterior a los incas, quienes tenían otro lenguaje que ha desaparecido. Por lo tanto, Inti (el sol) debe haber sido una divinidad muy difundida en los Andes. Estas fiestas en honor al sol fueron asimiladas por los incas, añadiéndole el componente de que ellos eran descendientes del Inti. Los españoles más tercos prohibieron esta fiesta “pagana”, pero los más prácticos la asimilaron a la fiesta de San Juan (24 de junio). Esta simbiosis se ha mantenido hasta ahora, añadiéndole el día de San Pedro (29 de junio) como se observa en las fiestas de Tabacundo, provincia de Pichincha. Sin embargo, hoy ya no hace falta tapar la fiesta y se celebra abiertamente la fiesta del sol sea para volver a las raíces o para promover el turismo.
Más allá de su contexto folklórico, esta festividad tiene un significado cósmico. Las fiestas solares y lunares están conectadas a la Naturaleza y a la agricultura. A diferencia de la moderna civilización que ha pretendido “conquistar” a la Naturaleza, sin entender que tal conquista terminaría con la derrota total de la humanidad, los pueblos ancestrales cultivaban la tierra con el respeto debido al ambiente. La cosmovisión andina no concibe el tiempo como Occidente, en línea recta. El tiempo para nuestros antepasados era circular, con ciclos que se repiten ad infinitum. No obstante, no se trata de un círculo sencillo, sino de una espiral. El Inti Raymi de 2021 está en el mismo lugar que el de 2020, pero en un plano superior. Las mayores civilizaciones prehispánicas del continente americano (andina y mesoamericana) son de tierras altas, de páramo aunque les duela a ciertos mercaderes del pantano.
